Jesús de Gabriel es el secretario técnico y el director del libro generalógico del asno zamorano leonés. Se trata de una raza en cuya consercvación se están poniendo muchos esfuerzos, dado el gran valor genético, cultural e histórico que tiene para la zona

- ¿Cuándo se creó este centro?

-Aszal arrancó como una asociación de criadores de asno zamorano leonés en 1998.

- ¿Cuál fue la idea inicial para arrancar este centro? ¿Cómo surgió el proyecto?

-El Centro de Santa Croya se arrancó porque teníamos una línea de trabajo de recuperación de sementales y luego una línea de inseminación. Habíamos mantenido los sementales en las granjas de los propios ganaderos. Entonces tuvimos la posibilidad de solicitar las cuadras de la antigua Escuela de Capacitación Agraria y, con la ayuda del Ayuntamiento y unos fondos de Macovall pudimos montar el Centro de Recuperación del Asno Zamorano Leonés.

- ¿Está muy amenazada?

-Es una especie considerada en vías de extinción.

- ¿Cómo trabaja Aszal para proteger esta especie?

-Lo que buscamos es afianzar la pérdida de material genético, hacer una "foto fija" y mantener lo que hay. Estamos en un programa de conservación in situ. Los propietarios tradicionales ya no lo están utilizando, porque todo ha cambiado, pero intentamos que se conserve en su entorno más o menos natural.

- ¿Cuál es su principal valor?

-Los burros, los caballos, las vacas, que no son de las razas de mayor éxito económico tienen una función importante. Genéticamente se han adaptado durante mucho tiempo y, si perdemos eso, quedamos sin una gran herramienta.

- ¿Cualquiera podría tener un burro zamorano leonés?

-Normalmente el burro se conserva como un animal entrañable, si tienes una propiedad en el medio rural podrías tener un burro. Te ata como tener cualquier otro ser vivo y eso parece que hoy en día lo rechazamos todos.

- Tiene formación como veterinario, ¿no? ¿Cuántos años lleva trabajando usted aquí?

-Desde el principio, aunque con diferentes funciones. Fui presidente de la asociación cuando se fundó, después pasé a secretario técnico. Soy también ganadero, aparte de veterinario, y he estado involucrado en todos los proyectos alrededor del burro, la asinoterapia que hemos hecho aquí en Santa Croya, mantenimiento de los garañones?

- ¿Ha cambiado mucho la actividad desde entonces?

-Ha cambiado el perfil del ganadero que teníamos, y ahora mismo no tiene nada que ver con lo que había hace 25 años. Eran unos ganaderos del oeste de Zamora, con una vida tradicional y que lo que tenían era un animal de un valor importante para toda la sociedad. Y eso era realmente gratificante. El ganadero actual es totalmente distinto y quedan muy pocos en el oeste de la provincia de Zamora que puedan colaborar.

- ¿Cuál ha sido la dinámica de la evolución de la especie?

-Las principales patologías de los burros de hoy son las contrarias que antes. Antes era el trabajo y la falta de alimento y ahora son la sobrealimentación y el aburrimiento.

- ¿Cuántas personas hay trabajando en Aszal?

-Tenemos una persona trabajando en la Administración y estoy yo. Está también Pablo, como el trabajador que lleva el centro de aquí Santa Croya y luego hay también una técnica veterinaria que es la que realiza la inseminación y otras labores más. Los suficientes para mantener la documentación, como gerentes del libro genealógico y encargados del programa de conservación.

- ¿Es Santa Croya el único sitio donde hay un centro como este?

-Este es un centro de reproducción y actividades, donde se mantienen todas las líneas de machos fundadores.

- ¿Cuál se estima que sea el futuro, tanto de la especie como del centro? ¿Está asegurada su supervivencia?

-No está garantizado, pero yo creo que no se va a extinguir. Está claro que hay una sensibilidad por parte de la población por conservar las razas autóctonas. Si tú preguntas a alguien si querría que se extinguiera el asno zamorano leonés, pues te dirá que no. Si le preguntas si él compraría un burro pues te dirá que tampoco.

- ¿Hay alguna clase de dificultades naturales para la supervivencia de la especie?

-El cambio climático nos ha puesto en situación para entender que la productividad y el rendimiento económico son muy importantes, pero la variabilidad genética es básica.

- ¿Hay otras opciones viables para su conservación?

-La administración tiene un plan B, que son los bancos de germoplasma, donde están conservadas células reproductoras. Por si fracasara la conservación, poder más adelante recuperar la especie.

- ¿Cuáles son las intenciones de cara al futuro?

-La idea de futuro es buscar nuevos usos. Todo lo que sea un nuevo uso garantiza el futuro. Y ahí aparecen muchos, el turismo, por ejemplo. También está el de garañón, que es un burro gigante que se utiliza para cubrir yeguas y sacar mulas. Y también está como el de aquí, utilizarlos como desbrozadora en ciertas zonas. Por otro lado, tenemos actividades innovadoras como el ordeño de burras para obtención de leche para jabón. Es un patrimonio genético de toda la población, así que tiene varias ayudas para que no recaiga sobre los ganaderos todo el peso económico de la conservación.

- Así que es una actividad bastante subvencionada, ¿no?

-Sí. Bueno, no son cantidades muy altas. Podemos estar hablando de 120 euros por burra y año, pero luego hay varios premios a la recría, a la reproducción y a mantener los animales de más de tres años en las explotaciones.

- ¿Tiene alguna otra clase de incentivos?

-La FAO, la Organización Mundial para la Alimentación Humana, que depende de la ONU, insta a los países a que protejan sus razas autóctonas como un patrimonio genético único. Esto es porque la modernización y la productividad en el ámbito ganadero hace que solo queden las razas altamente productivas, todas las demás desaparecen.

- ¿Es muy costoso el mantenimiento de la zona y de los animales?

-No es muy costoso. Un burro con 200 o 250 euros, o incluso menos, se mantiene un año entero. Son herbívoros y hoy sobra pasto por todos los sitios. Se ha abandonado mucho del medio rural. Es más costoso mantener a los cuidadores o suplementar los meses más difíciles en los que no hay pasto.

- ¿Se extrae beneficio económico de esta actividad?

-No es nuestra función, pero sí que se pueden realizar actividades con cierta rentabilidad. No es una actividad que durante mucho tiempo hayamos pretendido.

- ¿Alguna de esas actividades pasa por la venta de animales?

-Las explotaciones durante mucho tiempo han funcionado. Los ganaderos han pagado el mantenimiento e incluso han conseguido obtener algún ingreso. Unido a eso vienen las ayudas, en una gestión que se llama lucro cesante, que es lo que da la administración para que tú puedas mantener esto.

- ¿Es fácil, entonces, que Aszal se mantenga?

-Es como todas las actividades. Hay momentos más altos y hay momentos un poco más bajos. A partir de 2012 nos afectó mucho la crisis: disminuyó el nivel de ventas, en parte porque la gente se ha ido del medio rural.

- ¿Qué actividades se realizan "de cara al público"?

-Nosotros hacemos cursos de formación, visitas de colegios y visitas de centros. También colaborábamos en fiestas locales como San Vitero o aquí en Santa Croya, que hacíamos una ruta por las bodegas. Nosotros siempre respondemos al calor o a alguien que ponga ilusión. Últimamente hemos parado un poco porque nos hemos dedicado a otras prioridades, pero la gente sigue viniendo.

- Entonces, por mucho que pasen los años, no se ha perdido la ilusión por aprender sobre estos animales.

-El burro es un animal ilimitado, con una capacidad de adiestramiento altísima. La capacidad y las ganas de aprender las tiene todo el mundo. Siempre que cuentes cosas amenas y curiosas como hay tantas que contar, pues mantienes la curiosidad. Tanto como el burro puede aprender a arar, aprendes tú de sus respuestas.

- Los animales ahora se encuentran en Santa Croya, "desbrozando" las zonas aledañas a la piscina. ¿Esta idea es nueva o se ha venido realizando más años?

-Se empezó a hacer el año pasado. Se propuso a través del Ayuntamiento. También lo hacíamos en las Escuelas, pero no está tan a la vista como aquí. Es una puerta que se abre. Esto se puede hacer y se demuestra que se está haciendo.

- ¿Fue muy dificultoso trasladarlos?

-No, qué va. Los burros son gregarios, y también cogemos los que vemos más dóciles.

- ¿O sea que vinieron desde las Escuelas, por así decir, como un rebaño de ovejas?

-Bueno, más o menos porque algunos toman la iniciativa y se van y hay que cortarlos, pero sí, vinieron bien.