Era obvio que este verano no iba a ser como siempre. Muchos eran los interrogantes sobre cómo pasar estos meses. Nueva normalidad, mascarillas en espacios públicos y distancia de seguridad son algunas de las palabras más repetidas en esta temporada estival.

El temor o la prudencia pos pandemia ha llevado a algunos Ayuntamientos a no abrir sus "chiringuitos" y mantener cerradas sus piscinas municipales, como es el caso de Micereces de Tera o Fuentes de Ropel, que no abrirán sus puertas en todo el verano.

Benavente, por su parte, sí mantiene las piscinas municipales abiertas, aunque bajo un estricto protocolo sanitario, así como zonas bien definidas para garantizar el cumplimiento de la distancia de seguridad entre los bañistas. Además, para poder deleitarse con esas aguas, es obligatorio pedir cita previa.

Por las piscinas de San Cristóbal de Entreviñas, abiertas a partir de la una del mediodía y hasta las nueve de la noche, pasa una media de unas 80 personas cada tarde, en su mayoría jóvenes y niños. Esta media se mantiene desde el pasado domingo 5 de julio, cuando abrieron sus puertas y se alcanzó una "cifra récord" de 110 asistentes.

Sin embargo, hay pueblos que, gracias a que disponen de una amplia zona, permiten la llegada de un mayor número de visitantes para disfrutar de las calurosas tardes de este verano tan inusual. Zonas como las playas fluviales de Río Chico o Mózar disponen de suficiente espacio para cumplir con las distancias necesarias, tanto dentro como fuera del agua, además de presentar múltiples posibilidades de ocio ajenas al baño.

Santa Cristina de la Polvorosa es otra localidad que goza de una gran playa fluvial que, en palabras del alcalde de la localidad, Salvador Domínguez, "es una de las mejores de la provincia". Afirma que los análisis realizados a las aguas de la playa han sido "inmejorables" y que la afluencia de personas es "controlada". Apunta que, aunque no es muy alto, "hay un buen nivel de agua en metros cúbicos, un poco por encima del mínimo".

Santa Croya de Tera ofrece un área de césped de casi 2000 metros cuadrados, con zonas de sombra suficientes para estar a resguardo del sol durante todo el día y una masa de agua corriente, pero controlada. Combina lo mejor de una piscina municipal y de una playa fluvial, con una zona de merendero, dotada de bancos y mesas de obra, que invita a pasar allí el día entero. Santa Croya de Tera permite también alargar la estancia más de un día, gracias al acondicionamiento de un área concreta y diferenciada para el estacionamiento de caravanas. Además, a pocos metros se encuentra El Chiringuito, para culminar la tarde con un buen refrigerio y una tapa.

Las piscinas municipales de otras localidades como Milles de la Polvorosa o el "parque acuático" de Castrogonzalo, también permanecen abiertas. En el segundo caso, los visitantes pueden disponer de una piscina preolímpica de 25 metros de largo y otra zona destinada al baño infantil con diferentes elementos recreativos, lo que lo convierte en una gran opción para darse un "chapuzón" para sofocar el calor estival.

Remontando el río Tera se llega hasta Camarzana. Allí, la reciente reapertura e inauguración del Chiringuito "El Río" supone una opción más para disfrutar de las aguas del Tera en un entorno natural, con un buen sitio cerca para comer o tomarse algo, disfrutar tomando el sol e incluso con una zona para el entretenimiento de los más pequeños.

A pesar de las circunstancias extraordinarias que han acompañado la llegada del verano, la oferta es suficientemente amplia como para no apelotonarse en un solo lugar y poder disfrutar del verano de la mejor manera posible. No obstante, aprovechar la temporada de calor no es excluyente a hacerlo con responsabilidad, respetando la distancia, los protocolos sanitarios y los entornos naturales que estas localidades nos ofrecen. Además de proteger la salud propia y la de los demás, es necesario hacerlo también con la naturaleza para poder seguir disfrutando de ella muchos años más, cuando las mascarillas y los geles hidroalcohólicos sean cosa del pasado.