Este jueves vuelve el mercadillo de la ropa de la calle Cañada de la Vizana de Benavente donde se instalarán unos doscientos puestos de venta, bajo un estricto control de seguridad y control del aforo de los visitantes. En la mañana de ayer responsables municipales, representantes de las cooperativas de vendedores del mercado de los jueves, el encargado general, así como voluntarios de Protección Civil y representantes de Policía Local y Guardia Civil concretaron al mediodía los detalles a tener en cuenta para retomar la actividad de este tradicional mercado que lleva prácticamente cuatro meses suspendido.

"Lo habíamos anunciado para la pasada semana pero finalmente no se ha llevado a cabo porque queríamos que se celebrara dentro de una seguridad total y absoluta para los vendedores y los clientes. Es muy importante que tengan esa seguridad y que los clientes vean que tienen esa seguridad y que es un mercado que no está atacando su seguridad", aseguró la concejal de Mercados, Sandra Otero.

El control del aforo es una de las claves para garantizar esta seguridad en el desarrollo del mercado. Al tratarse de una zona irregular se ha sectorizado para poder hacer más fluido el tránsito por el mismo, según explicó un teniente de la Guardia Civil. El aforo será de 1.687 personas pero al haber lugares con menos espacio que otros a lo largo de la calle también se tendrá en cuenta. Para acceder a este mercadillo habrá instaladas tres carpas de acceso.

Una de ellas en la zona de la Plaza La Fuente, otra en la calle Río Ebro y otra más en la cañada de la Vizana en la zona más baja. En esas carpas, según explicó el concejal de Seguridad Ciudadana, Fernando Marcos, habrá empleados municipales, que estarán identificados, para controlar el aforo a través de contadores y la intercomunicación con las distintas entradas; y también van a disponer de geles hidroalcohólicos para la desinfección. Las salidas del mercado podrá hacerse por todas las vías que hay disponibles a lo largo del mismo. Será obligatorio el uso de mascarilla para el acceso y estancia en el mercadillo, donde los puestos van a reducir su espacio con el fin de garantizar el distanciamiento entre ellos y, además, cubrirán los laterales con tela impermeable para reforzar esa seguridad. "Es responsabilidad de todos y si cumplimos las normas será un éxito", añadió la edil de Mercados. "La mayoría de los vendedores es la única actividad que tienen y tenemos que ayudarles entre todos y que todo salga bien", añadió. También controlarán los vendedores el aforo en cada puesto.

Cambian también el horario de inicio y cierre del mercado con el fin de evitar la aglomeración de gente, sobre todo, a la hora de la recogida y para evitar que coincida la gente con los vehículos de los vendedores. De modo que se tiene previsto que a las diez de la mañana estén todos los puestos preparados para la venta y la retirada de todos los puestos debe ser efectiva a las cuatro de la tarde. "Las reuniones que hemos tenido han estado marcadas por garantizar la seguridad. Es algo que a nosotros nos interesa, porque lo que queremos es que la gente se sienta segura en nuestro mercadillo. Llevamos cuatro meses sin trabajar y queremos ponernos a trabajar ya porque es nuestra actividad. Sabemos que las medidas de seguridad es algo que afecta a todos los sectores y nosotros también las vamos a llevar a cabo", explicó el presidente de una de las cooperativas de vendedores, José Rosillo. Estos vendedores han participado ya en otros mercados de la provincia y aseguran que "no hemos tenido problema alguno". Algunos les preocupa la evolución de la pandemia. "Lo cierto es que nos ha quedado todo el género del invierno ahí parado y no le hemos podido dar salida y ahora que tendríamos que coger ya lo de otoño no sabemos ni qué hacer, porque como nos pase lo mismo, para nosotros es la ruina", explicaba Emilio, uno de los vendedores.