El icónico caballero de piedraque se alza sobre el puente del río Esta a las puertas de Benavente, en la autovía A-6, ha sido víctima de los vándalos. Personal desconocido ha causado destrozos en la parte derecha del rostro de la estatua del caballo y también en la parte superior del escudo del jinete.

El suceso, que debido a la ubicación de los daños en la estatua (en la cara oculta sobre la marcha del tráfico que procede de Madrid y que en ese punto ya tiene a la vista el primer acceso de entrada a Benavente) no deja lugar a dudas de que se trata de daños deliberados pudo haberse producido hace días. Dicho de otro modo, el autor o autores de los daños tuvieron que acceder a la zona en la que se encuentra la estatua de forma premeditada, y una vez en la zona actuar con relativa impunidad. Por lo demás, la ubicación otros factores hacen descartable que se haya producido un accidente.

De hecho, no hay indicios de cuando se produjo el ataque a la estatua. En la zona en la que se alzan el jinete medieval y su caballo, no hay más restos de los destrozos que una pequeña pieza cuadrada de arenisca que podría ser un fragmento de la estatua. El lugar no es accesible sino cruzando los dos carriles de la autovía con el riesgo que esto implica. La parte posterior, vallada, es un cuesto de difícil acceso cubierto completamente por la maleza.

No obstante, en la zona todavía permanece activo el carril para vehículos agrícolas que habilitó el Ministerio de Fomento para facilitar el tránsito mientras durasen las obras de reparación del puente de piedra, el paso usado habitualmente por los agricultores de Castrogonzalo.

El caballero sobre el puente del Esla constituye la donación de un particular durante la construcción del viejo puente. Representa un caballero medieval al que se colocó una lanza de justas de metal. Hace algunos años, personal desconocido también dañó la parte inferior del rostro del caballo. El jinete porta, anudado al cuello del jinete, un pañuelo rojo, complemento de las fiestas del Toro Enmaromado de Benavente.

Los daños a la estatua, cuya representación histórica no va más allá de la que pueda entrañar un jinete de torneo de la edad media en una zona con una larga historia, nada tiene que ver con los presuntos motivos que han desencadenado ataques indiscriminados a estatuas y monumentos de personajes célebres o históricos en Estados Unidos y en Europa.