Urgía ya el esquileo de las ovejas en Friera de Valverde. Este año la cuadrilla de uruguayos que esquila varios rebaños en esta localidad de Los Valles, para preparar a los animales para el buen tiempo, han llegado un poco más tarde de lo habitual por las dificultades que han tenido que solventar por la pandemia del coronavirus y las dificultades de movilidad. “Realmente vinieron ya con retraso a España el pasado 3 de mayo y otros año lo hacen en marzo”, puntualizó Lázaro Zarza, alcalde de Friera y uno de los ganaderos que ayer acogía esta labor imprescindible del esquileo en su explotación de ovino.

Para iniciar la labor los trabajadores han tenido que realizarse el test del coronavirus para descartar un posible contagio del COVID-19. “En la explotación les hemos facilitado gel hidroalcohólico y han mantenido distancia de seguridad para favorecer esa seguridad”, señaló Zarza. La jornada para los cuatro esquiladores comenzó ayer a las seis y media de la mañana en que emprendieron su recorrido desde Villalpando hasta Friera. En la localidad de Campos es donde se han alojado llegados de Segovia donde días antes han estado pelando más de 2.000 ovejas. Ayer fue el turno de dos explotaciones de ovino de Friera, además de la de Zarza la del vecino José Carlos Pernía, que suman más de 800 ovejas.

La destreza de estos trabajadores les permite quitar el vellón de las ovejas en apenas unos minutos y en unas horas han esquilado las más de 800 ovejas en Friera. Utilizan la técnica neozelandesa, se esquilan sueltas para que la oveja se estrese menos y es más rápido.

“Es esencial para los animales. Es algo que hay que hacer sí o sí. Este calor las mata y, además, también afecta a la producción de leche”, explico Zarza. “Hay que esquilarlas aunque sea más tarde de lo habitual, si lo haces diez días más tarde pues se perjudica la explotación pero lo importante es hacerlo porque les viene bien a los animales”, añadió el ganadero quien recordaba que tradicionalmente en Friera esquilan las ovejas una vez al año, aunque “últimamente hay muchos otros ganaderos que deciden hacerlo dos veces al año”. Recordaba también cuando más joven también realizó labore de esquileo en la explotación de ovino familiar. “Era un trabajo muy duro y nos llevaba mucho tiempo”, aseguró.

La lana la lleva desde hace años a un lanero de Mombuey. De cada oveja sale una media de kilo o kilo y media, según estimó Zarza quien reconoció también que el precio de la lana sigue a la baja porque, además, también hay problemas en la exportación de este producto con el tema del coronavirus. Este año no se logrará más de 0,15 céntimos de euro por kilo de lana.