El Ayuntamiento de Benavente se vio obligado ayer a plantear a la Subdelegación del Gobierno la necesidad de refuerzo con apoyo de la Policía Nacional si, como todo parece indicar, se confirma un segundo caso de coronavirus en la Policía Local de Benavente.

El agente, residente fuera de la ciudad, se encuentra confinado en su domicilio y con todos los síntomas clínicos del COVID-19. Solicitó ayer la prueba y está pendiente de confirmación.

La situación llevó al equipo de Gobierno a exponer la necesidad de apoyo después de que el lunes se conociera que un oficial dio positivo y se aplicara la cuarentena a su grupo de trabajo y otros dos oficiales y un agente del cuartel. En este caso, la confirmación positiva de la enfermedad obligaría a aplicar la cuarentena a otros tres agentes. El cuerpo, tras la reestructuración realizada hace 24 horas, se quedaría con 16 agentes.

El alcalde, Luciano Huerga, pidió el lunes el apoyo de la Guardia Civil, pero esta nueva contingencia le ha llevado a recabar el respaldo de la Policía Nacional, extremo que ha agradecido "ante la buena voluntad tanto del subdelegado como del Comisario", según explicó Huerga.

Entretanto, el cuartel de la Policía Local se cerró ayer por la tarde a cal y canto para acometer una desinfección profunda. Una empresa especializada desinfectó con una sustancia especial todas las dependencias policiales durante casi una hora y media. Tres horas después, media docena de trabajadoras de la limpieza completaron la tarde.

Horas después, policías y guardias civil localizaron e identificaron a un hombre de unos 70 años de edad sobre el que pesaban numerosas alertas vecinales por sus paseos habituales por las avenidas. Los agentes le pidieron que se fuera para su vivienda, pero el mayor se negó y terminó siendo detenido. El lunes, la Policía y la Guardia Civil, facilitaron el traslado al Hospital de una persona diabética y desvalida que llevaba varios días sin comer tras recibir una llamada alertando de la situación.