Los benaventanos reciclaron 6.636 litros de aceite usado el año pasado, lo que supone un incremento del 13% con respecto a 2018. Es el sexto mejor dato de reciclaje de aceite doméstico desde que se instalaron contenedores y comenzó el registro, en el año 2011.

La Concejalía de Medio Ambiente dio a conocer ayer los datos del año pasado con el mensaje de que poco a poco se va consolidando la costumbre de depositar en una botella de plástico cerrada el aceite doméstico usado, esto es, en cualquiera de los ocho contenedores de color naranja instalados en la ciudad para la recogida selectiva de este residuo.

Atendiendo a los puntos de recogida, durante el año 2019 la mayor aportación de aceite doméstico usado continúa registrándose en el contenedor situado en la Avenida de Maragatos, con 1.264 litros recogidos, frente a los 288 litros aportados en el contenedor situado en el Barrio de San Isidro, que ha sido el que ha presentado los menores valores de aportación.

En el cómputo mensual, fue el mes de diciembre durante el que mayor cantidad de aceite doméstico se recicló, con 988 litros, seguido de los meses de noviembre y abril.

Desde la puesta en marcha de este servicio de recogida selectiva municipal, se han retirado más de 66.000 litros de aceite, una elevada cantidad de residuo que además de ser totalmente reutilizable, puede causar serios inconvenientes si no se trata de manera adecuada.

Se estima que un solo litro de aceite usado puede provocar, en caso de ser arrojado al desagüe, la contaminación de aproximadamente 1.000 litros de agua. También puede llegar a nuestros ríos y al flotar, formar una fina película de aceite que impide la oxigenación de las aguas, comprometiendo el futuro de numerosos seres vivos asociados a las aguas fluviales.

Además, el aceite vertido por los desagües se adhiere a las paredes de la red de abastecimiento, solidificándose y provocando la obstrucción y corrosión de las tuberías. Del mismo modo, provoca un aumento considerable del coste energético y económico de la depuración de aguas, ya que complica el proceso de recuperación de aguas residuales y acorta la vida de nuestra Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR).

A pesar de lo nocivo que resulta, gran parte del aceite vegetal usado en los domicilios sigue acabando en el alcantarillado.

"Si entre todos somos capaces de recoger este residuo en botellas de plástico y depositarlo en los contenedores de color naranja, los aceites de cocina usados recogidos separadamente pueden recibir tratamientos mediante los cuales se preparan para la producción de biocarburantes, jabones y otros usos en la industria química (ceras, barnices, otros), reduciendo así el uso de recursos procedentes de materias primas e impulsando la actividad económica y empleos más verdes", indica la Concejalía, que agradece la implicación de la ciudadanía en la recogida selectiva de este residuo.

Medio Ambiente ha recordado también que la producción de biodiésel (BD100) a partir de aceites usados comporta un ahorro de energía fósil del 21% en relación al uso de aceites crudos y un ahorro del 96% de energía fósil respecto a la producción de diésel. Cada kilogramo de aceite recogido se puede transformar en 0,92-0,97 kilogramos de biodiesel.