Las tradiciones, por muy arcaicas que sean, son en ocasiones las primeras víctimas de la denominada España Vaciada. Así lo creen en Morales de Valverde, posiblemente la única localidad de la comarca benaventana con mascarada en los carnavales, que ha tirado de empeño colectivo para recuperar sus "toros y toreros; señoritos y señoritas; gordos y flacos, y birrias", y con ellos la celebración de su particular carnaval.

Ayer, una treintena de vecinos viajó a Bemposta (Portugal) para participar en un desfile exhibición de mascaradas. El año pasado estuvieron en Lisboa. Hace cuatro, el pueblo no celebraba el carnaval desde hacía casi tres décadas, según explica el teniente de alcalde y concejal de Fiestas, Mario Macho. "Los mozos de 18 años eran los que lo organizaban. Luego ya no quedaban y lo hicieron los chicos de 16, 15 y 14 años, pero terminó desapareciendo". Esto hasta hace un trienio. En este tiempo Morales de Valverde no solo ha recuperado su carnaval, sino que lo ha fortalecido a través de la Asociación Cultural Las Pozas. La mascarada de Morales de Valverde se ha incluido en el catálogo de la Diputación Provincial de Zamora y el día 23 a partir de las cuatro de la tarde retomarán la tradición en Morales.

Los personajes de la mascarada moralina están diferenciados en cuatro grupos. El toro y el torero son el alma mater de la fiesta. El toro está representado por una asta de bravo sobre un armazón, cubierto por una sábana y dotado de un cencerro. Esta representación carnavalesca es similar, cuenta Mario Macho, a las que se celebran en la montaña leonesa de Riaño, en Velilla de la Reina, e incluso en Truchas, en la Cabrera leonesa. El toro, guiado por el torero, persigue a las mozas, ataviadas con el rodado típico de Morales. Se asocian estas figuras a ritos atávicos de "fertilidad", agrega Macho.

El plantel de personajes secundarios comienza con el gordo y el flaco, el primero vestido con mono de trabajo que rellena con paja; el segundo con ropa amplia que acentúa su delgadez. La señorita, un hombre que hace de tal, y el señorito, al revés, son los terceros en discordia. A ellos se suman los "birrias", personajes cuya misión no es otra que hacer ruido con cencerros, carracas y vejigas. Asnos y lobos, pero también curas y obispos y espantapájaros componen la terna que ayer se paseó por las calles de Bemposta. Con el carnaval recuperado y pregonado, Morales de Valverde tiene todo preparado para celebrar su particular antruejo dentro de quince días.