franceses y, como se supo enseguida, estaba acompañado de una memoria. Ledo del Pozo hizo las gestiones para obtener una copia inmediata y añadir ambos documentos como addenda a la publicación.

Napoleón llegó a Benavente el 30 de diciembre de 1808 y rápidamente encargó al coronel Blein que evaluará los costes de la reparación de la fortaleza para dejar una guarnición de 500 hombres. "El Emperador ordena que se haga del Castillo de Benavente un buen puesto donde 500 hombres puedan mantenerse durante tres meses y que se establezcan allí en consecuencia almacenes de víveres, de vino, de artillería, hornos y hospitales para dicha guarnición", dice la memoria redactada por Blein. El oficial elaboró el plano a escala 1:500 y la memoria en apenas unos días y cifró los trabajos en 24.000 francos. La reparación nunca se hizo.

"Era una gran suma para la época. Posiblemente por esto no se llevó a cabo la reforma. El 17 de enero el castillo ardió. Lo más lógico es pensar que, dado que no podían protegerlo, lo quemaran para que nadie pudiera utilizarlo. El castillo ardió durante quince días", explica Regueras.

El trabajo del coronel Blein se conservó y en el lugar en el que pasó unos días en enero de 1808 podrá conocerlo tres siglos después. Ledo del Pozo recibió el libro el pasado viernes. El parón de máquinas de octubre ha permitido incluir una addenda con el plano y la memoria traducida. Esta última se divide en tres partes: "Una breve descripción de la fortaleza, a lo que aluden las letras mayúsculas de la planimetría; los medios de defensa requeridos para adaptarla a su nuevo destino con la adición de nuevos bastiones, en minúscula en el plano; y una valoración aproximada de los trabajos y gastos", detalla en el texto el autor del "Elogio de un fantasma".

"Desde el siglo XV teníamos información del castillo y desde el XVIII dibujos, acuarelas y grabados. Pero no había un plano en planta como el que realizó el oficial de ingenieros francés".

El plano y los dibujos, aguatintas, acuarelas, grabados y fotografías, todo el material en conjunto, se han convertido en piezas de un puzle que ahora encajan. "La importancia de este plano es que permite saber dónde estaba cada parte y en la actualidad permite, en caso de cualquier intervención, saber en qué zona del castillo se está actuando. Del castillo ha desaparecido lo construido hacia arriba pero no lo que está debajo y es de suponer que allí se encuentran las galerías subterráneas que conducían hacia el Órbigo. Esto tiene un gran potencial turístico para Benavente", indica Fernando Regueras.

El CEB Ledo del Pozo celebró ayer su asamblea general y la publicación del libro con este hallazgo. Puede ser el principio de más hallazgos. "Tiene que haber más información en los Archivos Nacionales franceses. Hay que seguir explorando", apostilla el presidente del CEB.