La granadina María José Cardel, Pipi, ha estado esta semana en Benavente en las Jornadas de Naturaleza y Montaña que organiza el Club Montañero Benaventano para mostrar los proyectos logrados en los últimos cuatro años con la apertura de nuevas vías en altura. Es una gran escaladora y alpinista, con una gran progresión, y que a pesar de pasar gran parte del tiempo en las alturas, mantiene los pies en el suelo. Así lo demuestra la humildad con las que cuenta sus grandes expediciones, frutos del trabajo y la motivación.

- "Nuevas vías en montaña" es la proyección que ha acercado a las Jornadas de Naturaleza y Montaña. ¿Qué se puede ver en esta presentación?

-En esta ocasión me centro en las actividades que he realizado en los últimos cuatro años. Porque hace cuatro años supuso un punto de inflexión en mi carrera de alpinista, dado que realicé una expedición en solitario. Después de una experiencia poco positiva en un ochomil por una vía normal, decidí irme en solitario a la cordillera Karakórum, en Pakistán, a intentar realizar uno o dos picos vírgenes.

- ¿Esa expedición cambió su visión del alpinismo?

-Sí, cambió toda mi visión. Y, además, conocí al alpinista ruso Denís Urubko que vio mi documental y le gustó la experiencia que yo había tenido en solitario, y la apertura de una vía nueva. Me comentó que quizás podíamos hacer algo juntos siguiendo esta línea. Bueno, siguiendo esta línea, de hacer algo nuevo, pero lo mío más sencillo, y las propuestas de Denís eran mucho más potentes.

- Importante, por tanto, la preparación juntos.

-Fue un año de entrenamientos juntos, para conocer cómo operaba cada uno, y nos fuimos a la cordillera del Thien Shan y realizamos la apertura de una nueva línea en el Pico Chapayev. Después en la misma línea, pero un poco más técnico, fuimos a la cordillera del Caúcaso donde abrimos una nueva vía en el Ushba. Digamos que fue todo una preparación, para el proyecto final que fue el año pasado, de intentar abrir una nueva vía en un pico de ochomil metros.

5.- Existe una gran preparación técnica que no surge de un día para otro, sino que son años de preparación. ¿Cómo se inicia en esta forma de vida?

-En realidad a mí me viene de familia. Ya de mis abuelos. Ellos fueron pioneros del alpinismo y del esquí en Sierra Nevada. Estoy hablando de los años incluso de antes de la Guerra. Y también por donde se ha desarrollado mi vida, donde me he criado y de quién me he rodeado. De mis abuelos pasó a mi madre, que ella tiró más por la rama del esquí y, sin embargo, una de sus hermanas, mi tía, tiró más por el alpinismo. Fue la primera mujer andaluza en ascender un pico de ochomil metros, el Shisha Pangma, y fue con ella con quien me puse los crampones por primera vez.

- Lo cierto es que en grandes retos en alta montaña es habitual hablar de hombres, ¿cree que es más difícil para las mujeres?

-Creo que cada vez menos. Pero es cierto que cuando empecé a escalar, hace ya más de veinte años, se veían pocas chicas escalando, sin embargo ahora no. En este sentido, cada vez hay mujeres que se están preparando, que son a su vez guías de alta montaña, y alpinistas que están haciendo cosas relevantes. Sí es verdad que es un deporte mayoritariamente masculino. Decir que las limitaciones, a fin de cuentas, se las pone cada uno, es un poco radical. Yo trabajo como socorrista en las pistas de esquí de Sierra Nevada y somos muy pocas chicas. Ahora ya llevo más tiempo y conozco a mis compañeros, pero al principio fue duro. También me di cuenta que yo me tomaba todo demasiado a pecho. Yo creo que hay que poner sus cosas en su sitio y ya está.

- ¿Lleva muchos años haciendo expediciones y marcándose retos en alta montaña, ¿qué es necesario además de la preparación técnica? ¿también tiene que haber una preparación mental?

-Sí claro. También como sea cada uno de forma personal va a delimitar las actividades que se plantea hacer, y la motivación. En mi caso, me gusta mucho hacer actividad en solitario. Yo empecé porque debido a mi trabajo yo no descanso los fines de semana, como hace la gente normalmente, y tenía dos opciones. Entre semana, que no encuentro a nadie, o me quedo en casa y no salgo, o doy un paseo con la bici, o bien, si me apetece hacer algo en la montaña, y porque las condiciones son buenas, decido ir sola. Y empecé a ir sola y me di cuenta que las sensaciones eran muy diferentes a cuando voy acompañada.

- Sensaciones que, entiendo, dada su experiencia, que le gustan.

-A mí me gusta mucho lo que descubro cuando voy sola, me ayuda a conocerme a mí misma y a saber cómo reaccionar ante situaciones cuando estás solo. Veo que, igual que en otros planos de la vida, me achanto mucho y no tengo ese valor, a la hora de hacer montaña, tengo mucha confianza en mí misma, la que no tengo para otras cosas y entonces me hace sentirme fuerte y bien.

- En estos últimos cuatro años, las aperturas de vía no han sido en solitario, sino con Denís Urobko, quien además es tu pareja. ¿Importante la confianza?

-Yo sigo haciendo actividad sola cuando estoy en Sierra Nevada, o donde vivimos, en Italia, para entrenar. En cuanto a la confianza mutua es muy importante. Yo, cuando empezamos a escalar junto, desde el minuto cero tenía plena confianza en Denís, por la experiencia que tiene él, la calidad técnica y la fortaleza física. Creo que lo más complicado era que confiara él en mí. Pero esto ha llevado su tiempo y ha tenido un proceso. Nosotros antes de irnos a hacer la nueva vía en el Thien Shan hicimos muchísimos entrenamientos juntos. Pero no puras actividades de montaña, sino a nivel del suelo. montar reuniones, a ver cómo opera cada uno con la cuerda, cómo metes los seguros, porque cuando tú estás haciendo una actividad escalando la persona que va primero sube y tú ya no ves hasta que llega a la reunión qué es lo que está haciendo. Se pueden dar miles de casos diferentes. Eso lo hemos ido haciendo a nivel de suelo y cuando ya estás en pared ya sabes lo que está haciendo el otro sin verlo. Te da confianza.

.- Habéis ido superando retos de una dificultad técnica importante, ¿dónde está el límite?

-Hasta ahora todos los proyectos han estado definidos por el hecho de abrir una vía nueva, que fuera un proyecto bonito y factible para los dos. El umbral de Denís no es el mío y hemos tenido que ajustar estos factores para que sea algo que podamos realizar los dos juntos, que podamos disfrutar y siempre lo hacemos por consenso. Se sufre pero la satisfacción es más grande.

- ¿Algún reto nuevo?

-Lo que más ganas tenemos ahora es escalar en roca. En este sentido Denís quiere encadenar 8A y yo de momento he estado cerca y he probado algunos 8A pero es necesario la continuidad y con el tema del trabajo y las expediciones es complicado. Sobre todo nos apetece disfrutar ahora de la escalada, menos comprometido y menos frío.