Siete años trabajando en la tesis por la que verbalmente ha obtenido el Cum Laude por la Universidad de Alcalá, la doctora en Ciencias Elisabeth Alonso Blanco (Villanázar, 1986) explica en esta entrevista el contenido de su investigación mediante un instrumento desarrollado en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) y los peligros que los agentes contaminantes de la atmósfera entrañan tanto para la población como para el clima.

-Su tesis está centrada en las partículas en suspensión. ¿Por qué son nocivas para el ser humano y cómo nos afectan?

-Bueno, las partículas en suspensión están relacionadas con la pérdida de la calidad del aire que respiramos. Estas partículas son un tipo de contaminante que en general posee tamaños muy pequeños y que puede estar constituido por una gran variedad de especies químicas, algunas de ellas nocivas. Debido a sus tamaños microscópicos pueden acceder fácilmente a través de la respiración al organismo y alcanzar los pulmones. Durante el intercambio gaseoso, en los alvéolos, pueden entrar al torrente sanguíneo y a través de él desplazarse a cualquier región del organismo. Esto puede llegar a desencadenar un importante deterioro de la salud de las personas expuestas a este contaminante.

-Estas partículas también parecen estar siendo un agente inicuo para el medio ambiente y uno de los causantes del cambio climático. ¿De qué manera influyen?

-Influyen de forma importante porque las partículas son capaces de interaccionar con la radiación solar. En función de su tamaño pueden dispersar la luz, o bien absorberla dependiendo de su composición química. No sólo eso, además pueden alterar las características de las nubes, ya que están implicadas en la formación de las gotas de lluvia. Estas interacciones desencadenan cambios en la cantidad de energía que accede y escapa de la superficie de la Tierra, alterando las condiciones naturales de la atmósfera y sobre todo su temperatura.

-Usted ha estudiado la distribución de tamaños de partículas atmosféricas en zonas tan dispares de España como áreas rurales, urbanas o litorales. ¿A qué conclusiones ha llegado?

-La principal conclusión es que las características de las distribuciones de tamaños de partículas atmosféricas en cada una de estas áreas dependen de las fuentes de contaminantes existentes en el entorno. En áreas más influenciadas por las actividades humanas, como pueden ser las urbanas, las emisiones de tráfico suelen tener una importante influencia sobre las distribuciones de tamaño. En zonas rurales, las fuentes principales son diferentes, prevaleciendo otras como la formación de partículas en la atmósfera a partir de gases o también las derivas de las actividades agrícolas y ganaderas.

-¿Interviene algún factor más?

-Las condiciones meteorológicas también juegan un importante papel, ya que, por ejemplo, en invierno, la mayor estabilidad atmosférica facilita que las partículas emitidas se acumulen en la superficie y en verano, condiciones atmosféricas más dispersivas, desencadenan una mayor dilución de estos contaminantes.

-En relación con el cambio climático algunos investigadores han advertido que estamos a diez años de un momento irreversible. Las inundaciones en los litorales serán frecuentes y producirán grandes movimientos migratorios. ¿Qué opina usted?

-Realmente no sé si van a ser diez o más años los que marquen el momento a partir del cual por muchos esfuerzos que hagamos, sea imposible frenar el cambio climático. Lo que parece que es evidente es que se está produciendo un cambio en el clima, ya que la primavera y el otoño parecen estar desapareciendo, las temperaturas están siendo especialmente anómalas y se producen años de verdadera sequía. Y la cuestión no es lo que estamos viviendo ahora, sino lo que viviremos en el futuro. Sí sabemos que se está produciendo un cambio climático y la causa parece ser un mal proceder de las actividades humanas y no obramos en consecuencia evidentemente, llegará un momento en que el cambio climático será irreversible. Llegado ese momento, espero que no, la población que viva en áreas inundables, secas o donde las condiciones dificulten su habitabilidad tendrán que desplazarse a otras áreas y adaptarse a los cambios que ha sufrido el medio.

- ¿Qué opina de los políticos negacionistas frente a los argumentos y las evidencias científicas?

-Realmente me resulta muy complicado entenderlo. Hay evidencias más que suficientes que indican que estamos alterando las condiciones climáticas de la Tierra, que al final es nuestra casa, y por lo tanto nos estamos perjudicando. Negar lo evidente me parece por su parte una falta de responsabilidad no sólo política sino también humana. La única respuesta que le puedo dar es que creo que son muy poco generosos con sus congéneres y particularmente con las generaciones futuras, que van a ser los que verdaderamente sufran las peores consecuencias del cambio climático.

-¿En medios rurales como este, en qué se diferencia la contaminación con los núcleos urbanos masivamente poblados?

-La principal diferencia entre la contaminación de áreas rurales y urbanas se encuentra en el tipo de fuentes de emisión de contaminantes a la atmósfera. Es impensable que en cualquier municipio del entorno de Benavente existan problemas de contaminación debido a las emisiones de tráfico. Tampoco en Benavente aun siendo la segunda ciudad más poblada de Zamora. Sin embargo, en ciudades muy pobladas como Madrid o Barcelona es un problema real con el que se batalla a diario. Evidentemente en entornos rurales las actividades agrícolas y ganaderas suelen ser las dos principales fuentes de contaminación.

-¿Cuáles son los peligros aquí y cuáles las recomendaciones a seguir?

-Bueno, controlar las emisiones contaminantes en estos sectores es complicado, principalmente porque en muchas ocasiones no proceden de fuentes puntuales. Es el caso, por ejemplo, de actividades agrícolas como la remoción de suelo para siembra o las actividades de envenenado y fertilización del suelo. Todas ellas incorporan a la atmósfera partículas en suspensión o contribuyen a su formación, pero su control es muy complicado. En ambas prácticas, principalmente en aquellos aspectos que son más fácilmente controlables, se está trabajando para llevar a cabo una política de subvenciones que mejoren el cuidado medioambiental y permitan renovar la maquinaria e instalaciones más contaminantes. También se está desarrollando y aplicando una legislación cada vez más restrictiva en el uso de agroquímicos. Se está trabajando en el buen camino.

-En su tesis ha conseguido demostrar que las partículas de menor tamaño absorben muy poca humedad, mientras las de mayor tamaño, oxidadas en la atmósfera, absorben cantidades importante de agua. ¿Cómo afecta esto al clima y a la población?

-El tamaño de las partículas en suspensión está relacionado con las fuentes de emisión de partículas y su formación, así como con los cambios que sufren en la atmósfera. Esto es muy importante porque determina la composición de la partícula y a su vez la capacidad para absorber agua. Las partículas más pequeñas, como las emitidas a la atmósfera por los motores de los vehículos, están constituidas por componentes químicos que presentan poca capacidad para absorber agua. Por el contrario, las más grandes que llevan más tiempo en la atmósfera, y que por lo tanto han sufrido más transformaciones en el aire, adquieren componentes químicos que absorben una mayor cantidad de agua. La capacidad de absorber agua por parte de las partículas en suspensión tiene importantes implicaciones para el clima y para la población.