Incertidumbre, miedo, aislamiento, dudas. Estas son solo algunas de las palabras que enfermas de cáncer de mama y sus familiares señalan a la hora de hablar de sus sentimientos frente a un diagnóstico de cáncer de mama. El impacto emocional ante el diagnóstico es considerable ya no solo para las mujeres diagnosticadas de esta enfermedad sino también para sus familias. "Nada vuelve a ser igual", explica una de las afectadas. El cambio más importante, explican todas, es el que tiene que ver con la percepción que tienes de la propia vida.

Esta semana la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Benavente celebra una serie de talleres e iniciativas que giran en torno a la conmemoración del Día Mundial del Cáncer de Mama y en torno al programa de actividades propuesto hay diversos momentos de convivencia, de compartir experiencias, de valorar la conversación y de ayuda.

Balbina Blanco es una mujer que hace quince años recibió el "mazazo" del cáncer de mama. "Es algo que piensas que nunca que te va a tocar a ti. Y de la noche a la mañana pues tienes una sorpresa. De repente, un día en la ducha te encuentras un pequeño bulto en el pecho. Y desde ahí todo cambia", asegura. En aquella ocasión pasó por un tratamiento de quimioterapia. Pero no fue la única. Dos años más tarde volvió a empezar de cero. "La primera vez no lo asumes, te da un giro tu vida pero no te lo acabas de creer. Pero la segunda vez, cuando me dijo el médico que tenía que volver a empezar porque era un problema serio fue más duro. Tuve que plantarme y decir, adelante, hay que seguir", explicaba emocionada con los recuerdos.

Balbina asegura que la percepción de la vida le cambió. "La vida hay que valorarla, valorar lo que tienes. Se acabó el tratamiento, pero tengo un brazo que me lo recuerda", aseguraba, sin olvidarse de lo duro que fue continuar con su trabajo diario de ganadera. De aquellos años asegura que "ha sido muy importante el arreglo personal. Yo cuando me levantaba sin pecho, la cara y el cuerpo triplicado, te miras al espejo y dices la muerte andando. Te arreglas, te pones tu peluca y ya eres persona y empiezas a trabajar. Desde entonces volví a la ganadería y yo me iba arregladita a ordeñar. Hay que tirar para adelante", señalaba con una sonrisa.

Rosario Ugidos convive aún con la sombra del cáncer de mama que la diagnosticaron hace quince meses. Tiene ahora 57 años de edad y está de baja, "lo difícil va a ser incorporarme de nuevo al trabajo". La historia de Rosario es una historia de superación familiar ya que cuando le diagnosticaron cáncer de mama "hacía un año que estábamos con la lucha contra el cáncer de mi hermana. Mi cáncer era más infiltrante. La quimio me funcionó muy bien, me hicieron mastectomía total y me quitaron veinte ganglios. He quedado un poco delicada de la parte derecha". Asegura que ahora ya convive "con bastante normalidad y esperando el alta para poder empezar a trabajar de nuevo de celadora". Asegura que con esta enfermedad el mayor cambio ha sido el de la forma de pensar "tienes que vivir hoy, porque mañana no lo sabes. Aunque siempre estás pensando en que no te va a pasar nada porque lo vas a superar, a la vez siempre dices hoy me he levantado, voy a vivir hoy. En el pensamiento siempre estoy en que lo voy a superar pero estoy pensando en los riesgos". El impacto en la familia ha sido determinante y asegura que del diagnóstico lo que más miedo le daba eran los tratamientos "y no poder hacer una vida normal y no se puede hacer una vida normal. Estás muy, muy cansada física y mentalmente".

Los familiares son clave en la convivencia con el cáncer. Andrés Cachón es uno de esos familiares. Su mujer Amparo falleció de cáncer de mama hace tres años. "La familia lo vivió con mucha pena, pero tuvimos mucha unión, somos una familia muy grande y estuvo siempre muy acompañada. Fueron diez años de lucha y puedo decir que fue feliz, porque le prestamos un cuidado enorme sin quitarle a ella el mérito puesto que era ella la que nos animaba a nosotros". Asegura que la vida te cambia, "el enfermo te enseña a vivir" y aseguró "estoy orgulloso de Amparo", sentenció.