La Concejalía de Medio Ambiente ha decidido declarar la guerra a las deposiciones caninas en viales, parques y jardines. Ya no habrá más campañas de concienciación ni avisos de ningún tipo: la ordenanza cívica, que contempla un régimen sancionador específico, se aplicará "taxativamente". La ciudad está sucia en muchos espacios por este motivo tal y como reconoce el responsable de área, Manuel Burón. Lo achaca a dos razones: una "minoría' propietarios de perros no cumple con la obligación de recoger los excrementos de los canes en los espacios públicos o sanear la orina con agua, por un lado. Por otro, la Policía Local no está denunciando estas infracciones.

"Es una cuestión de concienciación cívica primero, pero también de vigilancia policial y de cumplimiento de la ordenanza cívica", argumenta. "La prueba no solo es evidente en las calles -explica. "En 2018, pese a que es habitual ver deposiciones caninas en muchos espacios públicos, no ha habido ni una sola denuncia por este motivo cuando, por ejemplo y salvando las distancias en la comparación, sí hubo sanciones a cinco personas por orinar en la vía pública. Es una cuestión de civismo, pero también de vigilancia".

Burón y el concejal de Seguridad Fernando prevén mantener una reunión de trabajo con los oficiales de la Policía Local para plantear la necesidad de que se cumpla la ordenanza cívica. La comunicación también se hará por escrito. El Ayuntamiento ha editado dípticos y ha repartido pequeños estuches con bolsas y guantes para concienciar y facilitar a los propietarios de perros la recogida de los excrementos. "Ya no habrá más campañas, ahora toca aplicar la ordenanza porque de otra manera se estaría favoreciendo al infractor, en ese asunto como en otros", agrega el concejal.

Medio Ambiente descarta por completo, o al menos de momento, gravar la tenencia de canes como ha hecho Zamora estableciendo una tasa. "Creemos que primero hay que hacer cumplir la ordenanza. Esto no se resolvería con una tasa canina. Probablemente ocurriría lo contrario", sospecha Manuel Burón. El concejal extiende este mal cívico a otros ámbitos, como a la recogida de cartones o al uso de papeleras. "Es sorprendente en algunos espacios públicos deportivos como quedan las gradas al terminar un partido mientras las papeleras colocadas y más que suficientes están vacías".

Cree que con agentes realizando servicios de paisano y denunciando directamente e imponiendo las sanciones correspondientes se avanzará en el cumplimiento de la ordenanza y en la mejora del comportamiento cívico que la norma propugna.