Noelia Zurro

El Ropero Solidario de Benavente recibe cada mes entre diez y quince familias con escasos recursos, una cifra que disminuye a seis en verano debido al movimiento de los usuarios. La Asociación Solidaridad en Acción (ASEA), encargada del Ropero, asegura que la demanda crece con el otoño y el invierno y hace un llamamiento a través Meli Salazar, para la obtención de zapatillas de invierno para niños y niñas de entre dos y quince años. "Las zapatillas son una de las prendas con una mayor demanda a partir de septiembre, con el inicio del curso escolar y con el cambio de temperatura". La voluntaria asegura que los usuarios, que en su mayoría proceden de Marruecos o Bulgaria, "no están acostumbrados a los cambios bruscos en el clima de España, y menos en la zona norte del país". Salazar informa a este periódico que en lo que va del mes de agosto el Ropero ha brindado ayuda a seis familias, con varios miembros cada una de ellas. Los enseres más solicitados han sido ropa de verano, peluches y juguetes. "Julio y agosto suelen ser meses con algo menos de demanda porque la gente visita su tierra. Septiembre es el mes con más actividad, pero también diciembre y enero, con el invierno ya en pleno auge, cuando la gente solicita más abrigos, gorros y guantes". La amplia demanda de ropa de invierno también incluye pantalones largos, camisetas de manga larga o, incluso, calcetines. "La mayoría de familias usuarias del Ropero Solidario tienen hijos, que crecen rápidamente, sin la oportunidad económica de que sus padres puedan comprarles nuevas prendas de su talla. Para todo esto, contamos con la ayuda y la colaboración del Ayuntamiento de Benavente, de la Asociación Pro Derechos Humanos y de la Cruz Roja". Salazar afirma que la demanda es tal, que reciben prendas y "algunas no tardan ni un día o dos en ser requeridas y recibidas por destinatarios".

El Centro Cívico de Benavente gestiona y traspasa juguetes almacenados para el Ropero. "El objetivo es, no solo ayudar a las familias ofreciéndoles ropa cuando no la tienen, sino también donar juguetes si llega el cumpleaños del niño y los padres no pueden comprarle un regalo".

ASEA cuenta con una Junta Directiva multiétnica, que se fundamenta en la igualdad humana para ayudar a los usuarios con escasos recursos. Entre sus miembros, además de Meli Salazar, figuran María Jesús Salazar, Salud Jiménez, Cristian Fieraru y las intérpretes de origen marroquí Soukaina y Amina. Un apoyo importante para la asociación, comenta Salazar, son el primer edil de Benavente, Luciano Huerga; el concejal de Educación y Bienestar Social, Antonio Vega; la secretaria de Asuntos Sociales del Ayuntamiento, Marta Fernández; María José Fores; Ruth Rozados o Jessica de León, entre otros. La Asociación lleva tres años funcionando, desde su fundación, el día 28 de abril de 2016. Ha ido evolucionando y ha ampliado horizontes tanto a la hora de ayudar, como de pensar. "Si queremos apoyar a los demás necesitamos escuchar y fijarnos en las necesidades que tiene la gente". "Recibimos cada día casos de mujeres marroquíes que han llegado a España con lo puesto, e inmediatamente los derivamos al Ayuntamiento, a Marta Fernández, la secretaria de Asuntos Sociales, quien registra documentalmente y estudia junto a Bienestar Social la situación en concreto y cómo se les puede ayudar.

Una vez que Fernández tramita los documentos, la gente acude al Ropero Solidario, situado en la calle Luarca número 3 del barrio San Isidro. Le facilitamos lo que necesita. "Tenemos la suerte de contar en Benavente con gente muy solidaria, que se involucra mucho en ayudar a los demás y nos han dado de todo, nuevo y no usado. Muchos de los donantes no quieren difundir su nombre. Tratamos de preservar su intimad no dando detalles. Es sorprendente como algunos llevan la ropa con etiquetas e incluso recién salida de la tintorería". Todas las prendas pasan por una base de datos cuando llegan al ropero, aunque algunas de ellas no llegan a incluirse debido a su inmediata salida, que supondría registrar y eliminar la prenda de un día para otro.