"Esta noche ha pasado Santiago su camino de luz en el cielo", escribió Federico García Lorca. Por Santiago no, pero sí por Benavente ha pasado ayer el guitarrista Samuel Diz, con un repertorio de homenaje a la música de la Generación del 27. Con "Lorca peregrino" el gallego ha pisado por primera vez la provincia de Zamora, en el año en el que se celebra el 80 aniversario del exilio republicano.

-Ha actuado en el Hospital de La Piedad, un antiguo albergue de peregrinos del siglo XVI y lo hace precisamente con su concierto de guitarra "Lorca peregrino", ¿qué siente interpretando estas canciones en lugares históricos de paso?

-Emoción e ilusión. Se trata de un viaje en la historia, en este caso de la historia de lugares del Camino de Santiago que, teniendo esa motivación o ese para qué de peregrinaje me generan ilusión por rendir homenajes a nivel musical.

-Su repertorio y atención investigadora gira en torno a las figuras de la Generación del 27, ¿se siente identificado con estos autores?

-Sí. En esa época la guitarra clásica, que es mi instrumento, vivió un explendor y todos los compositores y compositoras de ese momento creaban sus obras para ese instrumento. La guitarra es un símbolo vanguardista y transformación a inicios del siglo XX. Este repertorio que traigo recuerda algunas de las obras de guitarra de comienzos de siglo. Algunas conservaron su partitura y otras se mantuvieron inéditas por motivos variados o por cuestiones políticas como la Guerra Civil. Mi trabajo es precisamente recopilar esas obras originales de guitarra de los años 20 y 30 y las canciones del exilio.

-¿Cómo definiría la música de Lorca, Manuel de Falla y otros de la generación?

-Al igual que la literatura y la pintura, la música de la Generación del 27 bebió de dos fuentes principales como son la fuente popular y el siglo XVI. Lorca tomó de la fuente del pueblo canciones populares, que tocó a piano y a guitarra. En cuanto al siglo XVI, la música hizo lo mismo que la literatura y la pintura. La literatura de la Generación del 27 recordó a autores del siglo XVI como Góngora y la música del Siglo de Oro tambien sirvió de fuente. En aquella época la vihuela, antecesor de la guitarra, era el instrumento más tocado y en el 27 uno de ellos fue la guitarra. Quisiera recalcar la coincidencia en el siglo con la construcción del Hospital de La Piedad de Benavente, en cuyo patio se ha realizado el concierto.

-Rendir homenaje a estos intelectuales y hacerlo con el sentimiento que pone usted debe ser difícil.

-Cuando algo te motiva no es difícil. Todas las etapas tienen dificultades, pero estas a la vez son motivaciones para seguir adelante. Aunque quizá dos puntos a señalar aquí son la dispersión y el desconocimiento musical. Con el exilio, la dispersión de archivos de las partituras de los autores de la Generación del 27, como en la literatura, es un desafío. A ello se le puede sumar el desconocimiento musical actual en cuanto a la música de la época. La música de la época es la cara más desconocida.

-"Balada ingenua", pieza clave del concierto, fue realizada por el granadino Lorca durante su primera visita a su tierra, Galicia, ¿qué cree que le impresionó más de la tierra?

-El primer viaje que realiza Lorca a Galicia es un viaje de estudio, con la universidad. Su experiencia allí quedó reflejada en su libro. Cuando el llegó se encontró con un paisaje de lluvia y de frío, pues era otoño, finales de octubre. Quedó impresionado por un orfanato. En sus obras describió la dureza y la pobreza del lugar a través solo de su puerta. Regresó después a Granada para volver por segunda vez a Galicia dos años después, un 25 de julio de 1918, para escribir "Balada ingenua" al apóstol Santiago.

-En sus líneas Lorca habla de la humildad y la pobreza de personajes del lugar. Usted que ha viajado en concierto por países del continente africano, ¿qué percibe de la recepción musical en estos lugares?

-He estado dos veces en Zimbwe, dos experiencias enriquecedoras. Allí he convivido con europeos emigrados, pero también con personas del lugar. Hablando el otro día con familiares sobre la verdadera felicidad, que no residía en tener más sino en no necesitarlo, recordé la vida de los habitantes de Zimbabwe. Los textos de Lorca hablan precisamente de eso, de que lo importante no son las pertenencias sino el amor y la humildad.

-La faceta más conocida de Lorca es la de poeta, sin embargo destacó en el arte musical desde su más temprana juventud.

-Lorca quería estudiar música desde el principio, pero durante uno de sus viajes falleció su profesor, Antonio Segura. Aquí tomó fuerza su afición por la poesía, pero nunca abandonó la música.

-Diz, ha sido Premio Andrés de Segovia de Música y Premio de la Crítica El Primer Palau, ¿cómo se siente tras recibir estas recompensas?

-Son unos reconocimientos que llegan tras trabajar cada día. Al premio del Palau le tengo mucho cariño. Viví en Barcelona y para mí era un sueño poder debutar en el Palau. Aún recuerdo el aplauso del público tras el concierto. Semanas más tarde me llamaron para recibir el premio.

-¿Qué planes tiene de cara al futuro musical y con las obras de esta generación de intelectuales?

-Este año 2019 es importantee porque se cumple el 80 aniversario del exilio republicano. He tocado por primera vez en la provincia de Zamora aquí en Benavente en el Hospital de La Piedad. Autores conocidos de la época como Lorca o Dalí vivieron en una residencia de estudiantes en Madrid y es todo un regalo poder tocar en lugares como estos señalados en la historia. En Málaga estaré en el Museo- Casa natal de Pablo Picasso. Todo esto antes de viajar a México y a la casa donde vivió Pablo Neruda en Chile.