Niños y mayores disfrutan juntos en las actividades desarrolladas en las fiestas de Brime de Urz, que cierra su celebración en honor al Santísimo con comida, desfiles, bailes y verbenas. Tres días de alegría y reencuentros que han generado en sus calles un clima intergeneracional. "Llevo 42 años al frente de la alcaldía y siempre he luchado por el bienestar de mi pueblo. Si tengo que coger mi tractor para que los más pequeños disfruten en una carroza de desfile de disfraces no lo dudo, cojo mi vehículo y monto a los más pequeños y a otros vecinos para que puedan lanzar caramelos desde allí", asegura a este periódico el alcalde de Brime, José Furones, quien explica que siente orgullo de su localidad "donde todos los vecinos y visitantes participan en los eventos".

Entre las actividades organizadas por el Ayuntamiento, la Comisión de Fiestas, el Coto de Caza y los hosteleros del municipio han destacado la cena popular, el desfile de disfraces, la misa con procesión, los bailes regionales y las verbenas. Del dulce de los caramelos del desfile al salado de la cena popular. Durante los encuentros, no han faltado el chorizo, la panceta ni la costilla, que han sido acompañados por refrescos y sangría en la cena popular, a la que han acudido más de un centenar de vecinos de Brime y varias decenas de visitantes de pueblos cercanos como Quintanilla de Urz o Cunquilla de Vidriales. Música, bailes y juegos infantiles han coronado las tardes y noches de festejos, que han comenzado por las mañanas con misas oficiadas en honor al Santísimo y a los difuntos de la localidad. Las actividades no han estado teñidas solo por la presencia de vecinos de la comarca, sino también por bailarines regionales de la capital provincial, que este año han estado representados por el Grupo Doña Urraca de Zamora.