"Satisfacción". Así resumían los promotores de la recuperación de la ribera del Tera, en Santibáñez, el sentimiento que tenían ayer tras años de trabajo, ilusión y mucha dedicación. Han conseguido al fin la homologación oficial para la ruta de senderismo denominada "Ribera Santibañesa del Tera" de 8,2 kilómetros, un proceso federativo que se centra en garantizar la seguridad del senderista, comprobar que se cumplen unos mínimos de calidad y asegurar una homogeneidad de la red de senderos por toda España.

La iniciativa, además, ha permitido poner en valor el patrimonio natural de esta localidad que desde hace meses está recogiendo sus primeros frutos y son ya constantes los grupos de excursionistas que optan por esta ruta para pasar parte del día en plena naturaleza.

"La homologación nos ha costado bastante trabajo. Ahora ya nos podemos quitar un peso de encima. Hemos estado un poco vendidos de aquí para atrás pero la satisfacción que se siente hoy es impagable, es para disfrutarlo y que la gente lo disfrute", explicó Andrés Miguélez Rodríguez, uno de los artífices de esta iniciativa. Junto a él, Agustín Rodríguez Miguélez, Ramón Vega Arenas, Jesús Vara García y Pedro Carro no han dejado que los inconvenientes administrativos les frenaran en el proyecto que iniciaron casi de modo anecdótico.

Ellos con vecinos de Santibáñez de Tera y los cinco están jubilados. "Ésta siempre fue una zona de unos paisajes fabulosos, que invitaban al paseo y el recreo de la gente del pueblo, pero con el paso del tiempo se habían ido degradando muchos enclaves hasta el punto de haber sendas impracticables por su abandono, había troncos caídos y mucha maleza", explicó Andrés. "Los que lo conocimos en sus mejores tiempos y disfrutamos de este sendero, siendo niños, nos hemos visto empujados a recuperar y rehabilitar de nuevo estas zonas, en principio, para disfrutarlas nosotros, pero la verdad es que nos liamos y acabamos haciendo el proyecto y los trámites para la homologación oficial", añadió Agustín.

Durante los dos años de trámites y laboriosos trabajos, en los que han contado con colaboradores del pueblo y del propio Ayuntamiento que figura ahora como promotor de la iniciativa, su máxima siempre ha sido el "respeto escrupuloso de la naturaleza y la reutilización de materiales en la elaboración de bancos y mesas, en las numerosas zonas habilitadas para el descanso y la observación y pequeños puentes de madera". Además, en la ruta no solo se pone en valor la naturaleza, sino también otros aspectos históricos y etnográficos de la zona.

Los vecinos durante meses han realizado trabajos de limpieza y adecuación de malezas invasivas, en una anchura de un metro y metro y medio por el trazo del sendero en el tramo fluvial, así como la retirada de troncos secos y ramas caídas. Han sido también los encargados de señalizar el recorrido y han utilizado balizas de madera redondas y señales informativas de los elementos singulares, así como dos señales informativas generalistas

Coincidiendo con el programa festivo de agosto, la localidad aprovechó ayer para inaugurar esta ruta en la Plaza Mayor, lugar donde comienza y termina este sendero circular. Allí se dieron cita más de setenta vecinos, de todas las edades, que quisieron celebrar esta iniciativa de la mejor manera, haciendo la ruta. Hubo corte de cinta inaugural por parte del teniente alcalde que excusó la presencia del alcalde e hizo hincapié en el apoyo del Ayuntamiento a esta iniciativa y su compromiso por garantizar su mantenimiento en el futuro.

Desde la Plaza Mayor, la ruta se inicia dentro del casco urbano y recorre una cañada histórica. Tras atravesar 1,4 kilómetros llega a la carretera provincial y deja a la derecha la zona de Villa Freiz, posiblemente de origen templario, para pasar después a uno de los lugares más especiales de la ruta, la zona del puente de cinco arcos escarzanos y proyectado en el año 1901. La ruta continúa por un sendero con árboles singulares hasta llegar al Bosque Encantado, en el que la pintura de Flora ha dado color a varios ejemplares.

Las Pozas, el Puente de Madera, las ruinas del molino construido a mediados del XIX, las lagunas y el área recreativa de la Tablada son otros puntos de interés antes de llegar a la Presa de Miguelón y la zona de Manga-Fornos, donde el río deriva agua al área recreativa. La fábrica de luz Electra Santibañesa, construida en el año 1919 se observa tras pasar la bonita arboleda del Soto. La llegada se realiza por una antigua calzada, centenaria de protección y atravesando la fértil vega.