Una vecina de Benavente que había salido de casa y regresado poco antes de la una del mediodía abrió la puerta del salón y se lo encontró convertido en un avispero. El suceso se produjo el martes. La mujer, con domicilio en el tercer piso de un bloque de viviendas de la avenida de El Ferial, telefoneó a la Policía Local pidiendo ayuda. Literalmente "había encontrado el salón lleno de avispas, sin poder entrar para abrir y que salgan".

La Policía Local avisó a los bomberos qué, aunque no reciben formación específica en esta materia (o al menos en el caso de la avispa común), se encuentran casi un día sí y otro también durante los veranos resolviendo problemas ocasionados por abejas y por avispas.

Cuando se trata de avispas, no hay ningún protocolo que aplicar. Los bomberos actúan retirando el enjambre y usando un spray muy efectivo. Las avispas no tardan en perecer una vez rociado.

En el caso del martes, los bomberos de guardia en el parque acudieron al domicilio y se encontraron a la mujer y a un niño de corta edad en otra habitación colindante al salón, que estaba ocupado por las avispas.

Buscaron la existencia de panales dentro de la cocina y en el receptáculo que alberga el rodillo que recoge la persiana. No hallaron ninguna así que se enfrentaron a las avispas del salón intentando echarlas fuera y al resto le rociaron insecticida.

Con posterioridad subieron al tejado del edificio con el propósito de localizar la existencia de algún panal cercano. No hallaron indicios de la existencia de panales, así que extendieron la inspección al interior del aparato del aire acondicionado, también sin éxito. A juicio de los bomberos, de existir algún panal estaría debajo de las tejas de la cubierta. No obstante, la teoría más plausible para explicar la desconcertante invasión de avispas en el salón de una vivienda tiene que ver con las tormentas veraniegas que se han sucedido los primeros días de esta semana.

La lluvia y el viento pudo obligarlas a refugiarse y encontraron un agujero en el cajón de la persiana por la que terminaron introduciéndose en la habitación central de la vivienda en lugar de usar para salir el mismo acceso por el que habían entrado.

A diferencia de las abejas, que están protegidas y por lo tanto están obligados a recoger, un fuerte insecticida termina siendo el medio más eficaz para resolver el problema en el caso de las avispas.