Cómo la canción del verano con la llegada del buen tiempo, las verbenas para mayores son ya un clásico de la programación de ocio durante el estío benaventano. Anoche arrancó la primera de las cinco previstas y organizadas durante los meses de julio y agosto, que se irán sucediendo cada jueves a golpe de disco móvil.

La Concejalía de Bienestar Social entiende que esta actividad constituye "una oportunidad de encuentro, de socialización y de disfrute muy valorada por las personas mayores y no tan mayores y que se enmarca dentro de esa idea de envejecimiento activo y de aprendizaje a lo largo de la vida".

Aunque inicialmente las verbenas estaban amenizadas por pequeñas orquestas de la zona, una disco móvil ha terminado tomando el relevo. La música no ha cambiado, o por lo menos los géneros de baile. Anoche los mayores y también los que no lo son tanto pudieron enfrascarse a fondo en el arte de bailar pasodobles, rumbas, e incluso tangos y algunas piezas de salsa.

Más de un centenar de personas participaron inicialmente en el evento aunque la Concejalía explicó que, tal y como ha venido ocurriendo desde hace años, finalmente cada tarde-noche de verbena se congregan en el paseo central de la Mota, junto al templete de música, del orden de 300 personas de media.

Anoche, como otros años, además de mayores, también había niños y adolescentes, nietos de los primeros. Para aliviar el calor y también ofrecer un refrigerio a los participantes en el baile se repartieron, y se repartirán cada uno de los días programados, 39 kilos de pastas locales, 30 litros de agua, medio centenar de litros de refrescos, y otros 40 litros de sangría.

La música comenzó a sonar alrededor de las 21.30 horas de la noche con el sol poniéndose en la lontananza de la vega benaventana y se prolongó por espacio de casi dos horas sin que el baile y el ánimo por disfrutarlo decayeran en ningún momento.