La tormenta de agua y granizo acaecida el lunes dejó tras de sí algunas complicaciones tiempo después de haber cesado la lluvia. En Benavente dos negocios sufrieron inundaciones y un árbol se desplomó sobre un banco en la avenida Federico Silva.

Aunque la tarde del lunes, y pese a los 22 litros por metro cuadrado caídos en la ciudad, transcurrió sin más alertas que las producidas por algunos registros que habían sido expulsados hacia la calzada por el agua y la salida de los bomberos a Pobladura del Valle por la inundación de una vivienda, cuando la tormenta cesó se sucedieron varios avisos.

Antes, seis minutos antes de las ocho de la tarde, un árbol de tamaño medio cayó sobre un banco en Federico Silva. No causó daños. A las nueve y media de la noche los propietarios de una lavandería de la Cuesta del Hospital pidieron ayuda por la inundación del establecimiento. El agua salía por los baños. Los propietarios denunciaron el incidente.

Poco antes de las diez de la noche un vecino de la calle San Miguel pidió ayuda para acceder a su vivienda. Una enorme laguna formada durante la precipitación impedía acceder a las viviendas. La Policía recogió la incidencia ante la posibilidad de que el agua pudiera filtrarse a una casa próxima. Una hora más tarde los propietarios de un antiguo restaurante en las Eras descubrieron que el agua había inundado los bajos.

El Servicio de Emergencias 112, poco antes de las doce de la noche, alertó de que la carretera de Matilla de Arzón estaba cortada por el agua tras el paso de la tormenta. Esta incidencia movilizó a la Guardia Civil y a los bomberos de Benavente.