Cuatro detenidos y 3.200 kilos de picadura de tabaco incautados y valorados en 224.000 euros, es el balance de la operación "Beza" llevada a cabo por funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria con la colaboración de la Guardia Civil en una nave ubicada en la antigua carretera de Madrid.

La operación fue iniciada por funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Castilla y León tras detectar "envíos masivos" de hoja de tabaco picada que se estaba realizando desde una empresa de transportes con destino a consumidores de diferentes lugares de España.

El operativo se consumó el pasado día 21 cuando los autores del delito de contrabando se disponían a salir de la nave y fueron detenidos por los funcionarios de Vigilancia Aduanera, que les estaban aguardando fuera. Se trata de cuatro varones, de nacionalidad española. Uno residente en una localidad de Zamora y los otros 3 en una localidad de Sevilla. En el registro efectuado posteriormente se confirmó que, efectivamente, se trataba de una instalación clandestina para la transformación y comercialización de labores de tabaco.

En el interior de la nave fueron halladas once cajas de cartón, cerradas, que contenían hoja de tabaco troceada, y un contenido indeterminado del mismo que, arrojado en el suelo, que era recogido para triturarlo con unas picadoras eléctricas. Tras ser pesado, se introducía en bolsas y con una nueva manipulación, quedaba envasado al vacío e introducido en una caja de cartón, lista ya para ser introducido en una bolsa de plástico exterior y etiquetado.

El Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria informó de que durante todo este proceso no se observaban las condiciones sanitarias mínimas requeridas para un producto que posteriormente iba a ser consumido.

La información aportada también da cuenta de la intervención de dos vehículos utilizados uno para el transporte de los paquetes y el otro que hacía de coche de guía.

Las investigaciones que se llevaron a cabo con posterioridad de la consumación del operativo llegaron a la conclusión de que no sólo estaban utilizando una empresa de paquetería clandestina sino, como mínimo, otras dos más, aunque en menor cantidad. La comercialización al por menor se publicitaba y completaba a través de una página web.