El Martes Santo de abril de 1979 amaneció frío y desapacible. Las temperaturas eran muy bajas y las rachas de viento se sucedieron todo el día entre nubarrones y destellos de sol. A las 16.30 horas un autobús que regresaba a Vigo por la N-630 superó la cerrada curva para entrar en el puente sobre el Órbigo en Santa Cristina de la Polvorosa y se precitipitó al río. Perdieron la vida 45 escolares con entre 11 y 13 años edad, tres profesores y el conductor del vehículo. Sobrevivieron nueve niños y un soldado que el autobús había recogido haciendo autostop en Benavente.

"Esta frase, aunque la hago mía, no lo es: A lo largo de los años hemos procurado superarlo, pero nunca olvidarlo. La historia está ahí y quedará para siempre marcada a fuego", atestiguó el alcalde de Santa Cristina ayer, junto al monolito que recuerda la tragedia. Salvador Domínguez tenía 25 años y tiene grabada la imagen de las gentes del pueblo apiñadas a la orilla del río digiriendo el impacto del accidente con el corazón en la garganta; la llegada de los familiares; la noche infinitamente larga y fría con los vecinos en en vela y en vilo asomados a un rio desbordado y oscuro, como una plegaria colectiva frente la incertidumbre de un operativo limitado de medios y la incertidumbre más tenebrosa.

"Quiero resaltar la llamada de Aurora, una madre de una de las niñas fallecidas expresando en nombre de todos los familiares su eterno agradecimiento al pueblo de Santa Cristina", reseñó Domínguez comenzando una larga lista de agradecimientos.

Antes había enfatizado la colaboración de varios vecinos del pueblo "decisiva para que estos nueve niños sobrevivieran". Fueron los que se lanzaron al agua para rescatar a nueve escolares y al soldado sin pensar en el Órbigo desbocado y el riesgo que corrían.

"En la actualidad viven siete niños. A Miguel Domínguez, cocinero, le he visto algún comentario en la prensa diciendo: "nunca he tenido pesadillas con el río y lo que es tener 12 años, me preocupaba el no encontrar los regalos que llevaba para mis padres", prosiguió para retomar la impresión de aquel niño que hoy superará los 50 años de edad.

Esta referencia de Domínguez fue un contraste con el reproche a una cadena televisiva que vendió apariciones fantasmagóricas en el camping hace algunos años, turbando el descarnado recuerdo de la tragedia. "Personalmente, yo nunca en mi vida he creído en fantasmas, apariciones o fenómenos extraños, que vinieron después de todo este desastre. Creo que algunos medios quisieron hacer negocio de todo lo acontecido", dijo. Más tarde, opuso a este episodio, el agradecimiento a la prensa que se ha hecho eco de lo que ocurrió entonces desde la memoria de los familiares y las gentes del pueblo, la prensa que también estos días ha rememorado la tragedia desde el respeto de los hechos y de los testtimonios de los que los vivieron.

El 10 de abril de 2019, ayer, también amaneció desapacible como cuarenta años atrás, y hasta que comenzó el acto en Santa Cristina los nubarrones y una ligera llovizna hicieron presagiar un acto pasado por agua. Sin embargo, salió el sol. A la misma hora en Vigo, el alcalde de la ciudad Abel Caballero presidía un acto de homenaje en recuerdo de las víctimas del accidente colocando una placa a la entrada del Consistorio.

En Santa Cristina, la edil de Educación del ayuntamiento vigués, Olga Alonso, que viajó a la localidad acompañada del también edil Ángel Rivas, dio cuenta de lo que estaba ocurriendo simultáneamente en Vigo. "Servirá para recordar aquel día, porque es verdad que tiñó totalmente de luto la ciudad de Vigo, fue un funeral multitudinario donde toda la ciudad de Vigo ofreció a los familiares de las víctimas su más grande pesar". La edil citó el punto negro de la carretera nacional N-525 "que se cobró la vida de 45 niños y cuatro adultos, pero lo más importante es que en ese momento de tragedia que ya no puede cambiarse, hubo algo importantísimo que fue cómo actuó este pueblo, sus vecinos y sus gentes, porque eso es lo que da grandeza a un pueblo: la solidaridad". "Los vecinos de Santa Cristina -prosiguió- lucharon contra el gran caudal del río, contra la gran corriente, contra las frías temperaturas del agua. Y lo que tenemos que pensar es que consiguieron salvar a 10 personas. Nueve niños y un adulto. Eso es lo más importante y eso es lo que nosotros queremos agradecer. Hoy recordamos a una ciudad que sufrió muchísimo, Vigo; pero también recordamos a vuestro pueblo y por lo que vosotros luchásteis. No podemos hacer muchos más, pero seguiremos recordando y seguiremos honrando", dijo dando las gracias a Santa Cristina de la Polvorosa.