Pocas veces la ejecución de una sentencia judicial es motivo de una nueva vista para determinar que la resolución se ha llevado efectivamente a la práctica. Esto es lo que ocurrió el viernes con el denominado edificio Villalar. El que fuera proyectista del polémico Hotel Mercantil, el arquitecto Román Ávila, demandó en su día al Ayuntamiento benaventano por permitir la construcción de un inmueble de viviendas, trasteros y garajes sin licencias (estaban suspendidas porque se acababa de aprobar inicialmente el nuevo Plan General).

Ávila ganó la demanda y se acordó la restauración de la legalidad. El anterior equipo de Gobierno, del PP, autorizó un proyecto de obra que según Ávila fue un mero intento de hacer creer que la sentencia se había cumplido. El Ayuntamiento pese a esa reforma, nunca interesó en el Juzgado que se diera por cumplida la resolución. Por contra Ávila sí defendió que no se había cumplido y reclamó su ejecución. La vista para decidirlo tuvo lugar el viernes. La magistrada, que habría asegurado que el edificio no corre riesgo de demolición, tiene la última palabra tras dar por bueno el informe pericial que rechaza que se restaurara la legalidad y de decidir no escuchar a los testigos municipales.