De la oscuridad a la luz, así viene siendo el proceso al que está llegando el equipo de restauración del retablo del altar mayor de la iglesia dedicada a la Virgen de la Asunción en Santa María de Valverde. Un conjunto artístico de 35 metros cuadrados de la época del Renacimiento, del 1670, que se encontraba totalmente ennegrecido debido a un discutido proceso de intervención llevado a cabo un siglo posterior, en el 1750, ante el cambio de tendencias artísticas del Renacimiento al Barroco, probablemente de un gusto más agradecido por el entonces párroco o, quizás, de un mecenas influyente de la época.

La madera de nogal del conjunto artístico había sufrido también las consecuencias del humo de la combustión química de la glicerina de las velas y de un incendio ocasionado en el año 1900 que afectó también a retablos laterales y al artesonado del edificio.

La intervención de restauración de este retablo, coetáneo de la construcción del templo parroquial, viene de la mano del equipo de restauración Casanova con taller en la ciudad de Astorga, que cuenta con una dilatada experiencia en la recuperación de esculturas y bienes artísticos, sobre todo eclesiásticos.

Gracias a la financiación de la parroquia de Santa María de Valverde y Obispado de Astorga, los técnicos desarrollan la delicada tarea de restauración del maderamen descubriendo sus secretos más escondidos, los que han sellado la madera de nogal permitiendo alumbrar los procesos de intervención en el retablo y sus afecciones como si de un libro abierto se tratase. La historia del retablo de la Virgen de la Asunción, es la propia del edificio que lo alberga.

Los delicados trabajos de los restauradores han permitido conocer no sólo la data del retablo, sino las actuaciones sobre él realizadas como el repintado o repolicromado entre los años 1750 y 1760, un siglo más tarde de la hechura del conjunto renacentista. El primigenio cromatismo del rojo y tonos rosáceos daba paso a otros más pronunciados. No obstante, la intervención más discutida, entonces llevada a cabo, consistió en la aplicación de estuco (yeso mate y cola) sobre las estrías de las columnas y en general sobre el conjunto del tallado original. Una actuación de retirada de estas aplicaciones daría lugar a la pérdida de la policromía original con abundante capa de oro.