La Diócesis de Astorga verá modificado su amplio mapa territorial con la reagrupación de casi el millar de parroquias, repartidas por los territorios de las provincias de León, Orense y Zamora, en un centenar de unidades pastorales. «Entre 80 y 100 unidades serán las agrupaciones previstas», confirmó ayer el prelado astorgano, Juan Antonio Menéndez, en el transcurso del ya habitual desayuno con los medios informativos con motivo de celebrarse la fiesta de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas.

Este nuevo mapa diocesano previsto de presentar en el próximo año 2020 y en el que ya se viene trabajando desde hace tiempo en el marco del Plan Pastoral, no viene a suprimir las 970 parroquias, ya que se trata de una reagrupación para dar respuesta a las necesidades de la diócesis en un plazo de 25 a 30 años. «No se va a suprimir ninguna parroquia jurídicamente», quiso resaltar el prelado asturicense, abogando por una medida auspiciada en otras diócesis y que obedece a la merma de sacerdotes y la despoblación en general del vasto territorio interprovincial que afecta la iglesia asturicense.

El pasado año se ha venido realizando una encuesta a las parroquias para determinar el lugar concreto en el presente y futuro de la unidad pastoral. Con estas premisas se viene elaborando el nuevo mapa diocesano atendiendo a criterios de población, servicios, etc. Un patrón seguido ya en paises como Francia, Alemania, Italia o Bélgica y en España iniciado desde los años noventa del siglo pasado. La Diócesis de Astorga se ve ahora inmersa en este proceso de reagrupación de parroquias con el objeto de «garantizar la vida cristiana», refiere el prelado poniendo el énfasis de contar siempre con un sacerdote en cada comunidad. Monseñor Menéndez advierte de la transformación que esta iniciativa conlleva tanto en «el cambio de mentalidad en los propios sacerdotes como en la gente», apuntando a la constatación de que la realidad ha cambiado.

Durante el encuentro con los medios informativos, el prelado se refirió al mensaje del papa Francisco para la Jornada de las Comunicaciones Sociales de 2019. Haciendo hincapié en el hecho de que, por un lado, las redes sociales «sirven para que estemos más en contacto, nos encontremos y ayudemos los unos a los otros; pero por otro, se prestan también a un uso manipulador de los datos personales con la finalidad de obtener ventajas políticas y económicas, sin el respeto debido a la persona y a sus derechos».

Monseñor Menéndez resaltaba el mensaje del pontífice sobre la necesidad y, a la vez, los riesgos que ejercen las redes sociales haciendo suyas las palabras del papa: «una red hecha no para atrapar, sino para liberar, para custodiar una comunión de personas libres».