«Esto es un desastre, así no se puede continuar». Con toda vehemencia y la impotencia ante una situación que se viene repitiendo, el ganadero de cabras de San Pedro de Ceque, Jesús Fuentes Antón, ha visto, una vez más, cómo los lobos se cebaron con su rebaño.

Un total de 9 cabras muertas, una de ellas desaparecida aunque es más que probable sufriera la misma situación, es el trágico balance sufrido por el ataque de una manada de lobos al rebaño caprino en el término de San Pedro de Ceque.

Los cánidos salvajes dejaron un rastro de muerte, un reguero de sangre en un trayecto de más de un kilómetro, desde el monte hasta las puertas del corral, ubicado éste en pleno campo. A 800 metros unas, a 200 metros otras, a 50 metros. Unas desgarradas totalmente, otras sin cabeza, la mayoría destrozadas con partes de su cuerpo esparcidos por el suelo, al igual que el reguero de sangre, el de la muerte trágica. La saña del grupo de cánidos salvajes se cebó con el atajo de cabras, de las agrupadas corriendo tratando de escapar como de las más indefensas en su huida. El patrón de conducta en el sorpresivo ataque de la manada de lobos no dejó lugar a dudas. Y el resultado, un balance demasiado dramático para este ya experimentado ganadero.

A Jesús Fuentes Antón se le revolvieron las tripas ante este brutal ataque de los lobos, «de una manada porque serían al menos cinco», calcula él advirtiendo, una vez más, de la existencia de grupos de lobos en la zona, como ha venido dando cuenta este periódico con ocasión de los ataques sufridos al rebaño. Porque si este ataque fue brutal, no lo han sido menores los sufridos el pasado año y concretamente desde agosto hasta mediados de octubre o el que padeció hace casi 4 años también con un resultado de 12 cabras muertas y otras heridas graves, una de estas últimas volvió a vivir la misma escena esta semana llegando hasta las puertas del aprisco, donde finalmente murió.

Ataques reiterados que dan cuenta de una cabeza de ganado, de dos o de más. Unas veces en el monte y otras junto al aprisco. Unas veces con resultado trágico y otras dejándolas malheridas. Lo peor en este caso, cuando alguna de ellas va a parir.

Una vez más, este ganadero de caprino con más de tres décadas a sus espaldas cuidando cabras, requiere un mayor control del lobo, «porque esto ya no puede seguir así, ataques y más ataques». Fuentes advierte de que sólo en el término de San Pedro de Ceque, dominado por 5.000 hectáreas de terreno, pueden existir una docena de lobos. En una ocasión ya apuntaba a una manada de 5 lobos merodeando por el monte del Real, en la parte baja de San Pedro, y una pareja más en la raya de Osilga. En el territorio entre La Milla de Tera pueda andar a sus anchas alguna pareja más, así como otras por todo este vasto monte.

Lo dice un experto del terreno como el que más, asegurando ver al lobo «casi todos los días», apuntando a la proliferación de estos animales y de su ataque asesino. «De seguir así, será la Junta la que tendrá que defender mis cabras, o coger una escopeta, porque se requiere un mayor control de los lobos», dice.

Fuentes puede presumir de la única explotación de ganado caprino en la zona, con un excelente manejo, con mimo, con alimentación natural a base de los nutrientes del campo, con un porcentaje de partos dobles del 80%, de un 3% con tres cabritillos, o de cuatro cada dos años, en incluso de sextillizos como ocurría hace cuatro años. Un rebaño que pasta por los vastos campos de San Pedro de Ceque en los confines con Uña de Quintana en un paraje muy adecuado para este tipo de ganado.