Papá Noel se fijó este año de forma especial en Maire de Castroponce y decidió dar una sorpresa a los más pequeños de la localidad descolgándose del campanario de la iglesia con un saco repleto de chucherías, caramelos y regalos.

Ocurrió durante la tarde de Nochebuena para regocijo de una veintena de niños y chavales que primero observaron desde la distancia cómo un hombre de rojo se descolgaba del campanario y les llamaba para que se acercaran.

Tras identificarlo sin dudas, los niños, más de una veintena se colocaron bajo Papá Noel esperando recibir su regalo. Atlético y dispuesto, subió y descendió varias veces del campanario, donde había dispuesto su base operativa, usando una cuerda para recargar su saco con regalos, chuches y caramelos mientras los chavales aguardaban a lo pies de la espadaña a que les arrojara un nuevo obsequio navideño.

Maire celebró así el preludio de una Nochebuena original, ilusionados sus niños por la visita del ilustre personaje, y ajenos a los desfiles de otros puntos de la geografía provincial con más población donde se celebraron visitas con carrozas y Papá Noel recibió el apoyo de un séquito de ayudantes y de elfos.

Con los bolsillos repletos de caramelos y de chuches, los niños de Maire se aprestaron después a esperar la llegada del hombre de rojo, esta vez confiando en que tras el aperitivo les concediera los regalos que habían pedido.

Un vecino del pueblo, Jesús, protagonizó la pequeña hazaña de llevar la ilusión a los pequeños de Maire poniendo a prueba habilidad, fuerza y destreza para descolgarse y ascender repetidamente por la espadaña del campanario de la iglesia.