El valor catastral de Benavente ha pasado de los 752 millones de euros a superar los 760 millones sin que hayan variado apenas los datos del terreno urbano. De hecho el alza del valor total de la ciudad tiene que ver con el suelo rústico o no urbanizable, que ha pasado de 12 millones de euros a 21.

Los datos relativos al suelo rústico municipal del último año se han conocido con una diferencia de meses con respecto al suelo urbano y confirman el proceso de retorno de decenas de hectáreas de suelo urbanizable a no urbanizable.

En concreto, entre 2015 y 2017 un total de 273 hectáreas que el Plan General de Ordenación Urbana de Benavente había clasificado como urbanizables para facilitar el ensanche de la ciudad tanto a nivel residencial como industrial, han vuelto a ser consideradas rústicas por el catastro. En este proceso se han visto afectadas 254 parcelas y 256 subparcelas con un valor catastral de nueve millones de euros, la cantidad en la que se ha incrementado el valor del terreno rústico en ese periodo.

Este cambio, a nivel económico municipal menos impactante de lo que pudiera parecer, si bien notable desde el punto de vista de los propietarios afectados, se ha constatado en un aumento de los recibos del IBI rústico y de las cuotas íntegra y líquida del impuesto. Hay 163 recibos más de IBI rústico puestos al cobro y la cuota líquida ha pasado de 94.000 euros a 166.000 euros.

Este proceso tendrá continuidad en los próximos años, o al menos en teoría. La Junta de Castilla y León ha previsto que el proceso de retorno de suelo urbanizable contemplado en los instrumentos de planeamiento locales (el Plan General de Ordenación Urbana en el caso de Benavente) a rústico continuará hasta el año 2022. En el caso benaventano esto afectaría a unas 400 hectáreas en total que en su día pasaron a ser urbanizables y de las que las citadas 273 han recuperado la clasificación anterior. La consecuencia primera ha sido la devolución municipal de unos 43.000 euros de IBI a los propietarios.

Esta reversión, en contra de lo que pudiera parecer, no ha supuesto un menoscabo en los datos globales del catastro urbano de la ciudad y tampoco en el cobro del IBI urbano por diferentes motivos.

Según los datos de 2017, que no distan mucho de los de 2016, el suelo urbano de Benavente cuenta con 4.454 parcelas y una superficie de 548 hectáreas. Hay 21.884 bienes inmuebles construidos con un valor de 534 millones de euros, más otros 206 millones del valor del suelo. El valor catastral total es de 740 millones de euros.

El menoscabo de la reversión en el IBI urbano tampoco se ha dejado sentir demasiado más allá de las devoluciones mencionadas. El año pasado se giraron 21.740 recibos con una cuota líquida de 3,8 millones de euros frente a los 3,7 millones del año anterior.