Un porcentaje cada vez más elevado de personas mayores viven solas y es a partir del momento de la jubilación cuando se acumulan situaciones sociales que contribuyen a problemas de no fácil solución, entre las que cabe destacar el aislamiento y la rotura de redes sociales. Son en estas situaciones donde interviene la ayuda a domicilio complementaria de Cruz Roja en Benavente, que atiende a unas 75 personas, (200 atiende Cruz Roja en la provincia) y que consiste en facilitar la permanencia de los usuarios en el entorno en el que se ha desarrollado su vida.

"Uno de los principales proyectos que lleva Cruz Roja es el programa de Mayores. Lo que intentamos es hacer una intervención integral con las personas, desde gente que tiene necesidades de tipo social, de participar en actividades de grupo o de estimulación cognitiva o de hábitos saludables. En este caso, en el programa de ayuda a domicilio complementaria, es gente con un perfil en el que tienen o bien limitaciones físicas, leves o moderadas, gente que tiene problemas vinculadas con limitaciones sensoriales que pueden ser sensoriales o auditivas", explicó Luis Güete, responsable del Programa de Mayores de Cruz Roja en Zamora. "A esta gente se le puede derivar a otros servicios más especializados, pero tenemos una serie de actividades vinculadas con este perfil para promover su autonomía y mejorar su bienestar", añadió.

El Programa de Ayuda a Domicilio Complementaria incluye varios aspectos. Uno de ellos es la movilización de la persona a lugares a los que por sí solos no pueden ir. "No tiene por qué ser un transporte adaptado, que es un programa hermano, pero sí necesita ayuda para acudir a un centro sanitario, a uno de servicios sociales, un centro de ocio, cultural o a actividades de Cruz Roja. Intentamos compensar las barreras físicas con los apoyos que podremos darles".

Otro de los aspectos que se abarcan es la entrega temporal de productos de apoyo y ayudas técnicas. "Hacemos cesiones de una silla, un andador o una muleta o les damos a conocer pequeños productos de apoyo, desde un abridor a una pinza para coger algo del suelo que se me ha caído y no me puedo agachar. O el sensor de luz nocturno. La intención es facilitarles el día y a día y de modo complementario evitar nuevos riesgos", añadió.

Hay también una labor más humana y personal que es el acompañamiento. "Esa persona al tener esas carencias se siente acobardada a la hora de acudir a un centro de salud, o a actividades culturales o de ocio. Hay gente que se pone el límite directamente. Entonces el voluntario de este proyecto le acompaña a la ida y a la vuelta.

Se ofrece también asistencia puntual en el domicilio por parte de los voluntarios. "Cuando es una necesidad continuada les informamos de la existencia del servicio público que cubre esas necesidades".