Varios desconocidos roban de madrugada el estanco de Santibáñez de Vidriales accediendo al interior por la parte trasera a través de una casa vecina y forzando las puertas de hierro del establecimiento. En su huida se apropian de la totalidad de los cartones y cajetillas de tabaco y de dinero.
La Guardia Civil investiga los hechos obrando en su poder las cámaras de seguridad del establecimiento.
Los hechos se produjeron en la madrugada de este jueves. La empresa de seguridad alerta a las 04:20 horas a las propietarias del estanco, ubicado en la calle Mayor de Santibáñez de Vidriales, que había saltado la alarma y de que les llamarían más tarde", confirmaron las propietarias Ana Panizo e Inés Ferreras. Esta nueva llamada no se produjo, pero cuando las propietarias se disponían por la mañana a abrir el local, ya en el interior comprobaron que había una luminosidad nada frecuente. Claro está, la luz penetraba desde el patio y cuál fue la sorpresa cuando comprobaron que en el establecimiento no quedaban ni cartones en el almacén, ni en el interior. Los cacos se habían apropiado de todas las existencias de tabaco e, incluso, del dinero existente en caja y en un bote. Tanto Ana como Inés realizaban ayer el recuento de lo que le podían haber sustraído los ladrones, advirtiendo de que su valor suponía "una importante cantidad de dinero".
Todo apunta a que el robo fue perpetrado por varias personas e, incluso, alguno de ellos conocedor de los dispositivos de alarmas, ya que parece ser utilizaron un inhibidor de frecuencia, así como sabían qué cable era el que había que cortar. Incluso utilizaron guantes. Más aún, todo apunta también a que los hechos pudieran ser debidos a personal conocedor de la zona y el establecimiento o que los autores pudieran contar con algún cómplice. Los ladrones debían saber que los moradores de la casa vecina se habían trasladado fuera el día anterior e, incluso que la vecina de la casa de la parte trasera del local y que da a la calle las Fraguas, se encontraba fuera de la vivienda, ya que se encuentra internada en el hospital.
Los cacos accedieron por la vivienda vecina colindante y desde ese patio colocaron una escalera para acceder al patio del estanco sobre cuyo muro fijaron una rampa metálica. Su primer intento de acceder al local por el tejado resultó infructuoso por lo que provistos de un pico que posiblemente sustrajeran de la casa vecina, forzaron la puerta metálica del patio e incluso otras dos más para sobrepasar el almacén y poder acceder al interior del estanco. Previamente y con guantes, eso sí, inhibieron la alarma y cortaron el cable. El correcto.
Los cacos se apropiaron de las numerosas existencias de tabaco transportándolas, al parecer, y en varios viajes, por el patio y huerta de la casa vecina con un carretillo bajo la luz de la luna, de madrugada, hasta el exterior en la calle las Fraguas donde previsiblemente estuviese un vehículo esperando.