Conductores y vecinos vienen alertando del desplazamiento de piedras y grava desde el nuevo trazado de la carretera junto al puente de Uña de Quintana hasta la actual calzada. La construcción de un nuevo trazado en el acceso al puente, también en construcción, sobre el arroyo del Regato, a la entrada del casco urbano de Uña, corre riesgo del desprendimiento de las piedras a la vía debido a la carencia de compactación del nuevo firme y la elevada altura de un metro sobre la rasante de la carretera actual.

"Van a venir las lluvias y las piedras ya están llegando a la carretera", señalan algunos conductores advirtiendo de la peligrosidad para la circulación rodada.

La paralización de las obras por parte de la empresa adjudicataria ha obligado a la Diputación a incoar expediente de resolución del contrato con lo que ello implica como el rescate de la garantía y reclamar daños y perjuicios. Más aún, la institución provincial quiere ir más lejos, llegar a la inhabilitación de la empresa para hacerse con obra pública, como aseguró recientemente a este periódico el propio vicepresidente de la Diputación y responsable del Área de Obras, Juan Dúo.

La situación que viene arrastrando esta carretera, la ZA-P-1510 se remonta a años atrás y ello después de ser reclamada insistentemente su reparación tanto por vecinos como conductores. Hace años le tocaba el turno de acondicionamiento desde Brime de Sog a Uña de Quintana y se da la fatal coincidencia que por estas fechas de hace ahora 5 años, en el 2013, la Diputación tuvo que rescindir el contrato a la anterior adjudicataria. Una nueva adjudicación continuó con el proyecto hasta las inmediaciones del puente de Uña, como estaba previsto. Restaba por continuar hasta llegar a Molezuelas de la Carballeda y atravesar el casco urbano de Uña. La institución provincial decidió primeramente acometer un nuevo puente sobre el arroyo del Regato o de la Vega. Para ello, un 15 de marzo del 2015 la Junta de Gobierno aprobaba la actuación por un importe de 609.956 euros. No obstante, no fue hasta un año más tarde, en el pleno de la Diputación de primeros de junio de 2016 cuando se aprobaba el proyecto por importe de 786.299 euros. Cinco meses más tarde, el 14 de noviembre de 2016 se adjudicaba el proyecto por importe de 538.208 euros a la empresa Viales y obras Públicas, S.A. Una ejecución que se iniciaba a fin del verano del 2017 y se paralizó en este de 2018, no sin antes atravesar algunas interrupciones, dejando el viaducto a punto de concluir y el acceso únicamente con la provisión de toneladas de grava.