Agentes de la tercera compañía de la Guardia Civil en Benavente, familiares y amigos asistieron ayer al tradicional acto institucional de conmemoración de su patrona, Nuestra Señora del Pilar, en el que destacó el reconocimiento a la labor de las Fuerzas y Seguridad del Estado y a su compromiso con la sociedad.

Tras el oficio religioso en una abarrotada San Juan del Mercado, se procedió al acto de condecoración de agentes en el patio de los ábsides, que por primera vez acogió esta celebración. La guardia civil María Reyes Prieto Mielgo recibió la cruz al mérito militar con distintivo blanco y otros cuatro agentes por la constancia en el servicio también fueron condecorados: Armando Sandín Mayor, Sebastián Salsón Fernández, Beatriz Sánchez Pedrosa y Marco Antonio Mayo Martínez.

Llegaron después los discursos. El alcalde, Luciano Huerga, agradeció a los agentes "vuestro trabajo, compromiso y dedicación diaria en esta localidad, así como en el resto de municipios en los que prestáis servicio, haciendo nuestras vidas más tranquilas y seguras" y ofreció "colaboración institucional" al nuevo capitán de la compañía Eduardo Vicente.

Huerga abogó por la "unidad" porque "solo unidos fuimos importantes y solo unidos iremos a más. Unidos no quiere decir uniformes, sino solidarios entre todos los pueblos de España". Y siguió abogando por disfrutar del "sentimiento español integrador y respetuoso con todas las diversidades que existen dentro de esta gran nación, porque precisamente, al menos esta es mi opinión personal, esta es una de las virtudes de nuestro país, las diferencias y diversidades entre los distintos territorios y sus gentes en múltiples aspectos sociales y económicos, pero bajo el mismo sentimiento de pertenencia a un estado democrático, integrador y no excluyente".

Y aprovechó el discurso para hablar y reivindicar "nuestra bandera" de la que destacó que "no es de los populistas ni de los populismos oportunistas, ni de ningún ciudadano o colectivo en particular, la bandera nacional es de todos los españoles".

El alcalde se dirigió a los agentes para trasladar " nuestro reconocimiento, respeto y admiración por vuestra lealtad, sacrificio y compromiso con la defensa del estado de derecho, vuestro trabajo por la convivencia de todos los españoles, vuestra labor de defensa y protección de los derechos y libertades de todos los ciudadanos y de su seguridad personal, desde el cumplimiento de la ley para garantizar nuestra democracia y la convivencia entre todos los españoles".

Llegó después el discurso del capitán de la Guardia Civil en Benavente, quien abogó por los principios que el general Ángel Aznar establecía sobre lo que habría de ser la festividad para los guardias civiles "una fiesta del compañerismo, en la que los componentes de cada acuartelamiento se reúnen para rezar por sus compañeros caídos en acto de servicio". Y se refirió entonces a los guardias civiles de esta tierra, que han caído en acto de servicio.

Pidió el capitán que "nuestra historia de compromiso, de entrega y de lucha sirva de homenaje a todas las víctimas del terrorismo, que valga de recuerdo y reconocimiento a nuestros guardias civiles de esta tierra que, siendo escudos de la sociedad española, fueron asesinados en su defensa". Nombró entonces a Gregorio Posada Zurrón, cabo 1ª de la Guardia Civil, natural de Villaferrueña, asesinado por ETA el 3 de abril de 1974; Felipe Martín Margallo, guardia civil natural de Madridanos, asesinado por el GRAPO el 27 de enero de 1977; José María Acedo Panizo, sargento natural de Camarzana, asesinado por ETA el 10 de marzo de 1979: Miguel García Poyo, guardia civil natural de San Martín del Pedroso, asesinado por ETA el 13 de enero de 1979; Jesús Fernández Rodríguez, guardia civil natural de Zamora, asesinado por el GRAPO el 4 de junio de 1979; Alfredo Díez Marcos, guardia civil natural de Fermoselle, asesinado por ETA el 1 de febrero de 1980; Benjamín Quintano Carrero, natural de Torregamones, asesinado por ETA el 4 de abril de 1990; y Carlos Pérez Dacosta, natural de San Vitero, asesinado por ETA el 28 de julio de 1991.

También se detuvo en la historia de dos benaventanos, los guardias civiles Lucio Revilla Alonso y Julio Gangoso Otero, que fueron asesinados por ETA. El primero el 11 de noviembre de 1978, en Villarreal de Urrechu (Guipúzcoa) y el segundo el 16 de octubre de 1988, en la localidad de Pamplona.

También se reconoció la labor de otros agentes que en el auxilio y ayuda a otras personas en caso de necesidad, la lucha contra la criminalidad organizada o desgraciados accidentes han perdido la vida. Hizo mención entonces a Emilio Pérez Peláez, capitán natural de San Pedro de Ceque que falleció el 24 de agosto de 2014 en un accidente de helicóptero en las labores de rescate de un montañero herido en la localidad de Maraña; al guardia civil Claudino Mayado Gutiérrez, de Burganes de Valverde, que falleció tras sufrir un accidente el 5 de noviembre de 1987; el guardia civil Jesús Alonso Llamas, fallecido el 22 de abril de 2013 como consecuencia de un accidente, cuando prestaba servicio de tráfico.

E hizo una mención especial a los guardias civiles del Puesto Principal de Benavente, José Antonio Domínguez y Marcos Galende, fallecidos en 2014 y 2015, respectivamente.