Mejoras en el funcionamiento social y emocional de los niños y jóvenes que participan en un nuevo taller de canoterapia, promovido desde la Concejalía de Educación y Bienestar Social, son solo algunos de los objetivos que plantea esta iniciativa en la que a través de terapias asistidas con perros se contribuye al proceso de rehabilitación de los participantes con alguna discapacidad funcional.

El responsable de las sesiones semanales es Oscar Maniega, técnico en terapias asistidas con animales. Y le acompañan en su labor perros "orientados en positivo", adiestrados para el desarrollo de las sesiones con niños con discapacidad. Sus compañeros de trabajo, como él les denomina, que logran una gran complicidad con los participantes en el taller, son "Bongo", un golden retriever; también está "Jiavao", un border collie; "Nilo", un bretón; y "Tasha", un labrador.

El trabajo con estos perros permite romper las barreras que existen en numerosas ocasiones entre los terapeutas y los pacientes y, además, se favorece la motivación de los participantes en los talleres y se logran los objetivos de un modo más rápido.

Para comenzar las sesiones, el terapeuta se marca unos objetivos para alcanzar durante la actividad que, en principio, durará hasta el 22 de diciembre, aunque tiene previsto reiniciarse nuevamente en enero.

Los objetivos son totalmente individualizados, puesto que "no es lo mismo trabajar con un niño con síndrome de down, que uno con trastorno del espectro autista". Es fundamental para el terapeuta conocer al usuario de estos talleres por un lado, y por otro, trabajar el estado cognitivo emocional del perro. "Es fundamental trabajar las emociones para poder avanzar con las terapias, para lograr la motivación de estos niños", señala Maniega.

Oscar graba algunas sesiones para poder analizarla posteriormente y comprobar qué aspectos debe reforzar con cada alumno. En las sesiones que realiza con los perros trabaja secuencias numéricas o de colores, en las que el perro les indica a los participantes en qué momento se equivoca para que rectifique; hacen también pruebas de equilibrio, actividades con aros, puzzles o pelotas y en la segunda sesión semanal realiza técnicas de relajación de modo individualizado, en las que los niños más movidos acaban tumbados encima del perro durante las sesiones.

Las sesiones se realizan los viernes y los sábados, en el Centro Cívico y Social y las inscripciones siguen abiertas.