El Ayuntamiento de Benavente y Aquona, la concesionaria municipal del servicio de abastecimiento, saneamiento y depuración de aguas, tendrán que abonar al 50% una indemnización de 22.330 euros a un matrimonio de la calle Luna que durante ocho años denunció "múltiples" averías en su domicilio provocadas por el mal estado de la red de abastecimiento sin que la Administración local atendiera sus denuncias.

La magistrada del Juzgado de lo Contencioso número 1 de Zamora ha estimado parcialmente la demanda del matrimonio contra el Ayuntamiento y contra la concesionaria después de que la reclamación patrimonial de 23.090 euros (coste de los daños que sufrieron en su vivienda entre 2007 y 2015) planteada por los demandantes fuera desestimada por silencio administrativo.

La sentencia, que acaba de dictar la magistrada, da la razón al matrimonio variando el importe de la reclamación en unos 700 euros tras tener en cuenta diversos informes periciales de parte e imparciales. La juez, que dar por hecho que los problemas del matrimonio no acabaron hasta que la red fue sustituida en 2015, anula la desestimación de la reclamación patrimonial por no ser ajustada a derecho y reconoce a la vez el derecho del matrimonio a ser indemnizado por siniestro.

El relato de los hechos juzgados y el apartado de fundamentos de derecho detalla cómo durante esos años, dos gobiernos locales del PP se desentendieron de las reclamaciones del matrimonio sin ni siquiera comunicarles que reclamaran a la empresa concesionaria, máxime entre el periodo 2010-2015 durante el que el número de averías en la calle que afectaban a la vivienda resultó inusual e indicaba la necesidad de sustituir la tubería. La magistrada propina un tirón de orejas tanto a la Administración local como a la concesionaria llegando a considerar que "no es de recibo por ninguna de las dos codemandadas es la falta de diligencia en el cumplimiento de sus obligaciones, una por titular del servicio por concesión y otra por titular de las instalaciones, cuando conocían la situación anómala que se vivía desde hacía años en la calle Luna y tardaran cinco años en solucionarlo".