Carracedo de Vidriales vivía ayer una jornada propia de los anales de su historia local. Y ello, por la festividad de su patrón y porque se recibía a un anfitrión especial.

El Obispo de Astorga, monseñor Juan Antonio Menéndez, era el encargado de presidir la ceremonia religiosa dedicada al patrón San Lucas del Espíritu Santo.

De que todo saliese como manda la liturgia y contase con la complacencia de los devotos sin faltar una chispa de tradición se encargaba la cofradía de San Lucas y la propia parroquia. Y así se hizo.

El oficio de un Triduo presidido por el prelado de la iglesia asturicense daba paso a la bendición de una capa pluvial y una mitra estrenadas en la comitiva procesional. El rojo del paño damasquinado y el color oro del atributo episcopal lucían resplandecientes en el desfile encabezado por los pendones de Ayoó y Carracedo y abierta la procesión por la cruz guía, estandartes de San Mamés y del patrón San Lucas del Espíritu Santo y las imágenes del patrón y de la Virgen. Los cofrades, los devotos, el público en general y claro está, no podía faltar un año más la agrupación musical "Bañezaina" realzando la comitiva en dirección al pueblo. Llamativo era el arco instalado en el acceso al templo, propio para recibir una dignidad eclesiástica. Sobre el arco figuraba el escudo episcopal significando las raíces asturianas y el lema del prelado: "sanctificetur nomeen tuum". Al regresar la procesión a la iglesia se celebraba una misa cantada por la coral Benaventana y en cuya ceremonia religiosa se entonaba la loa del ramo con las roscas del santo. Dulces ofrecidos a los asistentes al finalizar la misa.

Juegos tradicionales, una actuación del grupo de sevillanas Santa Clara de Benavente y una merienda popular, cerraron los festejos en honor a San Lucas del Espíritu Santo, copatrón de Carracedo y del Valle de Vidriales.