El proyecto de acondicionamiento y cerramiento del frontón de La Rosaleda saldrá a concurso en 370.000 euros -60.000 euros más que en la primera convocatoria, que quedo desierta- y sin varias las mejoras que se solicitaron en la primera licitación.

Será el segundo intento de sacar adelante una actuación que esta dividida en dos fases y dispone de un presupuesto global de 575.000 euros.

Una empresa de Medina del Campo fue la única en presentar ofertas en el anterior proceso de licitación, pero la mesa de contratación detecto la carencia de la memoria exigible a la empresas licitantes y declaró el concurso desierto finalmente.

La Concejalía de Comunicación, Administración Interior y Deportes sondeó a las constructoras que habitualmente concurren a las obras públicas de la plaza y detectó que el precio era muy ajustado. Pidió al departamento de Urbanismo que revisara el proyecto y finalmente se acordó inyectar 60.000 euros más a la primera fase para que resulte atractiva a las constructoras.

El proyecto ha sido variado ligeramente en relación con la oferta anterior en lo tocante al cumplimiento de las Normas sobre Instalaciones Deportivas y de Esparcimiento (NIDO). Estas aconsejan, por ejemplo, 1.000 lúmenes para iluminar instalaciones deportivas de gran tamaño, lo que en el caso de Benavente no era necesario y encarecía el coste. Finalmente el alumbrado interior tendrá entre 500 y 700 lúmenes según explicó el concejal de área Fernando Marcos.

Así las cosas, el proyecto mantiene su espíritu inicial. Esto es, se procederá al cerramiento del frontón y a la redistribución del espacio interno. Habrá por lo tanto una nueva pista con servicios auxiliares, como aseos para el público, además de aseos y vestuarios para equipos y para árbitros. También se habilitará un pequeño almacén y una sala específica para la maquinaria de calefacción.

De los 575.000 euros iniciales quedarán otros 205.000 euros impuestos incluidos que se emplearán en sacar el rockódromo de su ubicación actual (en las paredes del pabellón polideportivo principal) y trasladarlo a unidad independiente adosada al cerramiento del frontón, que a su vez también estará cerrado.

Si el procedimiento administrativo se cierra esta vez en positivo, la constructora adjudicataria tendrá del orden de cuatro meses para ejecutar el proyecto y entregar las obras. A estas no sucederán sin embargo las contempladas en la segunda fase del proyecto, o al menos no de momento. La Concejalía de Deportes ya tiene el proyecto de transformación del campo de fútbol de tierra en un terreno de juego de césped natural dotado con otros 120.000 euros., y será la siguiente actuación que se acometa.

Dado que la maquinaria tendría que pasar por el terreno del campo de fútbol, ambas actuaciones se realizarán por separado. En teoría el campo de fútbol de césped consumiría del orden de uno a dos meses de trabajos, entre los que se incluyen un cerramiento de tapial a cierta altura coronado en todo su perímetro por una valla. La ventaja de este proyecto, es que el campo de fútbol ya cuenta con zona de vestuarios y aseos para equipos y árbitros.

Sólo con posterioridad se ejecutaría la segunda fase del proyecto de acondicionamiento y cerramiento de La Rosaleda, esto es el traslado del rockódromos a una zona independiente, pero adjunta a la zona del frontón.

Al equipo de Gobierno le queda por resolver el problema de las gradas de la ciudad deportiva, que parcialmente serán desmontadas y trasladadas a otro punto para su reutilización. Acerca de este asunto, la Concejalía ha encargado a los servicios técnicos municipales un estudio de costes detallados sobre la restauración de la legalidad en las pistas de atletismo. Las gradas se construyeron superando en algo más de un metro la altura máxima permitida, por lo que antes de desmontar parcialmente el graderío, el Ayuntamiento estudia un nuevo lugar para esta infraestructura.