Las precipitaciones de lluvia caídas en la madrugada de este jueves en varias localidades de la comarca obligaron a algunos vecinos a levantarse de la cama y permanecer en alerta. Entre la medianoche y las tres de la mañana se llegaron a registrar entre 45 y 50 litros por metro cuadrado. Una situación que vino aparejada de fuerte aparato eléctrico cuyos rayos y truenos alarmaron a no pocos vecinos, como han explicado a este diario.

"Es que te asustaba, jo, no era para menos, parecía que se movían las casas", decía ayer un vecino de Coomonte de la Vega. Esta localidad, al otro lado de la Sierra de Carpurias y entre las vegas del Eria y del Órbigo, se vio envuelta en unos densos nubarrones que ya bien entrada la noche auguraban una fuerte tormenta. Villaferrueña, Maire, Santa María de la Vega o Morales de Rey fueron las zonas en las que descargó la lluvia con mayor abundancia. En Pobladura del Valle, "tuvimos la cola de la tormenta", decía ayer un vecino. Otro tanto, en Paladinos, en la ribera del arroyo Ahogaborricos.

A pesar de la abundante lluvia caída en algo menos de tres horas, los daños a los cultivos no han sido considerables en esta zona dominada por maizales. Eso si, en la mañana de ayer tanto las cunetas de las carreteras como algunas parcelas en las cotas de terreno más bajas se encontraban anegadas por el agua de lluvia.

Sin embargo, los efectos de la abundante precipitación lluviosa se manifestaban en las calles de algunas de las localidades cuyos cascos urbanos se hallan en la falda de la Sierra de Carpurias, como en Arrabalde, Villaferrueña, Santa María de la Vega o Morales de Rey. En esta última localidad las escorrentías desde la zona montañosa arrastraron materiales hasta la avenida de la Constitución que atraviesa todo el pueblo.

Los efectos de las abundantes lluvias provocaron la anegación de calles en Quiruelas de Vidriales de cuyas arquetas de sumideros de pluviales "brotaba más agua que del cielo", advierte un vecino. La zona de las inmediaciones de la fosa séptica, a la salida del casco urbano en dirección a la carretera N-525 y la autovía, sufrió las mayores consecuencias debido al retroceso de las aguas fecales de la fosa, inundando de lodazal el pavimento. Una situación que provocó fuertes olores, ante lo cual los vecinos y operarios del Ayuntamiento se encargaron desde primeras horas de la mañana de la limpieza de la calle.

Algunos de estos vecinos criticaban ayer la última actuación realizada en la fosa séptica a la vez que la falta de limpieza de las arquetas en las calles.