El Plan de Industrialización de Benavente (Plan de Fomento Territorial es su denominación oficial) se puso ayer en marcha desde cero. La Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Benavente y los agentes sociales integrados en la Mesa del Diálogo Social constituyeron el grupo de trabajo que diagnosticara los problemas que aquejan a Benavente y a su entorno industrial y definirá las medidas que se incorporarán al Plan. Se dan entre cinco y seis meses para completar esta primera etapa que, una vez superada, dejaría vía libre a la ejecución de lo planificado para impulsar la economía industrial de Benavente y su área de influencia.

La prudencia es la primera premisa de esta actuación de fomento territorial. El viceconsejero de Economía de la Junta, Carlos Martín Tobalina explicó que los planes de fomento territoriales emanan del Plan Director Industrial de Castilla y León. No hay topes de inversión ni plazos previos. Hasta ahora la Junta ha desarrollado planes específicos en las cuencas mineras de Palencia y de León y en Miranda de Ebro. Acaba de completar el diseño del plan de Béjar (Salamanca) y ayer ha dado el pistoletazo de salida para diseñar el plan de Benavente.

Lo único que tienen todos en común es que está "acreditado" que en estas zonas ha habido "desequilibrios" o una "depresión" económica, como es el caso de Benavente.

La letra gorda de este tipo planes indica que con carácter general se actúa con inversiones en infraestructuras, con apoyo financiero y participación con capital público en "proyectos viables", en materia formativa, apoyo a emprendedores, e incluso en colaboración con universidades en materia tecnológica que tengan reflejo en nuevos proyectos. La enumeración la realizó el viceconsejero, que reiteró hasta en tres ocasiones que el respaldo de proyecto está asociado a su "viabilidad". Cuando se le preguntó si tendría encaje la biorrefinería de Barcial del Barco dio la misma respuesta: "proyectos viables".

En principio el plan no tendrá un carácter retroactivo, esto es, no incluirá financiación destinada a proyectos que ya hayan obtenido financiación pública con anterioridad, aunque Martín Tobalina precisó que en caso de que así fuera no menoscabaría en ningún caso la financiación de todas las medidas que se aprueben, que por lo tanto serán inéditas, según vino a decir.

El viceconsejero de Economía, evitó delimitar el ámbito geográfico del plan cuando se le preguntó si sería también de aplicación en la comarca. El alcalde de Benavente Luciano Huerga se refirió entonces al entorno industrial y Martín Tobalina se mostró de acuerdo.

La intención de la Junta de Castilla y León pasa por poner en marcha el contenido del plan, una vez que esté cerrado, de forma más o menos inmediata, entre otros motivos porque el próximo año habrá elecciones autonómica y la Junta quiere que su aplicación sea efectiva cuanto antes y asegurar su continuidad. "No queda mucho tiempo de legislatura por lo que estamos deseosos de bajar a la arena de determinadas medidas para el desarrollo de este plan", afirmó el viceconsejero.

En la reunión estuvieron presentes representantes de los sindicatos mayoritarios que también integran la Mesa del Diálogo Social, y la patronal benaventana además del Ayuntamiento.

El alcalde de Benavente agradeció a la Junta de Castilla y León que "venga a cumplir con una deuda histórica" y aunque aseguró que se abre un periodo de "esperanza" reclamó prudencia ante la expectativas que puedan generarse. En toco caso consideró "es digno de encomio y de reconocer que cuando existen desequilibrios como los ha que ha sufrido la comarca de Benavente, la Junta haya respondido y que por fin podamos reunirnos y trabaja r de forma conjunta apartándola política partidista para hacer la política que los ciudadanos esperan de nosotros".