Desde uno a otro extremo de la comarca el mes de mayo se estrenó dejando atrás la presencia de alguna que otra granizada caída en las últimas horas del mes de abril, en la tarde de este lunes día 30. Una circunstancia que ha hecho su "selección natural" en la abundante floración de frutales. La mella ha sido mayor ante las bajas temperaturas provocadas semanas atrás ya que sus efectos se han hecho notar en la no menos abundante floración de los frutales de hueso.

No obstante, mayo amanecía ayer con sol radiante. Como es propio en el mes de las flores, el de la fertilidad pregonada por los campos. El de romerías, devociones y tradiciones. Quizás la más ancestral perdura entre sus hacedores, la de instalar el mayo, una figura representando la fertilidad, visible ante todo el vecindario por ello el lugar elegido suele ser el más concurrido, plazas o calles céntricas. Y de ello se encargan los jóvenes. Tradiciones que se pierden y que en algunas localidades a duras penas se mantienen.

En los últimos años, las figuras o monigotes adoptan un caracter reivindicativo o de protesta y rechazo. No obstante, el sentido original no pierde su valor porque jóvenes y vecinos se encargan en un ambiente festivo de aupar, de izar el mayo a las alturas y ello en un más que elevado chopo. De todo esto saben bien en Maire de Castroponce, en Olmillos y Burganes de Valverde, en Arcos, en Manganeses o en Santa Cristina, entre otras localidades. En otras, en cambio, se ha optado por la recreación de oficios desaparecidos o por mostrar una faceta reivindicativa, tal es el caso de la Milla de Tera que en este año se instalaban las figuras de un médico rural con su paciente. El lema es significativo: "la Sanidad no se vende, se defiende".

En Maire eran más madrugadores, aprovecharon el fin de semana previo para instalar el mayo. Los jóvenes acudieron a la tala del chopo más alto para ser instalado junto al parque. Como novedad, este año se decidió plantar un árbol en sustitución al que se taló como acto simbólico de preservación del medio ambiente. El ambiente festivo en Maire se hacía notar no sólo en la izada del chopo, sino en la merienda vecinal con la música de una disco móvil. Fuente Encalada también persiste en mantener esta antigua tradición y de ello se encargan los jóvenes, ya de madrugada.