El proyecto de renovación del abastecimiento, el saneamiento y del pavimento de la calle Herreros costará 285.000 euros menos de lo previsto. La constructora San Gregorio ha justificado la baja del 25% sobre el presupuesto de licitación (1,14 millones de euros) y ayer la Junta de Gobierno Local dio luz verde al contrato de adjudicación. San Gregorio presentó la mejor oferta entre las cinco empresas que han concurrido a la licitación, pero la baja planteada llevó a los técnicos a pedir la justificación pormenorizada de su oferta económica.

Superada la formalización del contrato, las obras comenzarán una semana después de las fiestas del Toro Enmaromado. El proyecto está dividido en tres fases, pero en 2018 solo se ejecutarán dos y los trabajos se prolongarán por espacio de cinco meses, desde junio hasta octubre, ambos incluidos.

En concreto, las obras se localizan en un primer tramo desde la conexión de la calle Herreros con las Eras hasta la calle Lagares, y coincidiendo con esta obra se ejecutará también el proyecto de urbanización y alineación de este vial si se ha consumado, como prevé la Concejalía de Urbanismo, el proceso expropiatorio.

La segunda fase de Herreros abarca desde Lagares hasta la intersección con calle Carbajés. El último tramo, el que va desde la intersección de Herreros con Carbajés hasta la plaza de Santa María, se ejecutará en 2019.

La baja de 285.000 euros de esta obra será redistribuida entre distintas áreas municipales y se destinará a mejoras y otras actuaciones aún no determinadas, según informaron fuentes municipales.

La renovación del pavimento en la calle Herreros será muy similar al previsto en Santa María y García Muñoz. Se ha tenido en cuenta que, a pesar de tratarse de una calle semipeatonal, el tránsito de vehículos de peso medio y ocasionalmente de mayor tonelaje, condiciona el futuro de la inversión, por lo que tras la renovación y soterramiento de todos los servicios se construirá una capa de firme de hormigón sobre la que se asentará el nuevo tipo de pavimento elegido.

En concreto y debido al tráfico ligero y puntualmente de algún vehículo pesado, que se ha estimado en una intensidad media diaria inferior a 25, se ha proyectado una capa de firme específica una vez soterrados los servicios con un espesor de hormigón de hasta 22 centímetros. Así se garantizaría la circulación de un tráfico superior a los 50 vehículos pesados al día.

La red actual abastecimiento, de fibrocemento y con entre 175 y 250 milímetros de diámetro, se sustituirá con tuberías de polietileno de alta densidad y 200 milímetros de diámetro. La red de saneamiento se sustituirá con colectores de PVC de diferentes diámetros.