Las obras de construcción del puente de Uña de Quintana obligan a variar el trazado de la carretera. Los técnicos evalúan la necesidad de retirar la báscula municipal que se encuentra en el desembarco del viaducto, a la entrada del casco urbano. "Si hiciera falta retirarla, lo haríamos", advertía ayer la alcaldesa Beatriz Calabozo apuntando a que se dispone también de otra báscula municipal más moderna en las inmediaciones.

En todo caso, el acceso al puente que ahora se construye sí verá modificado su trazado, ya que la carretera ZA-P-1510, recientemente acondicionada desde Brime de Sog, dejará paso a un nuevo tramo con el fin de eliminar la curva que actualmente existe en la calzada, en su margen derecho, antes de llegar a este puente sobre el arroyo del Regato o de la Vega.

Puestas así las cosas, el puente se viene construyendo en paralelo al viejo viaducto, pero la carretera volverá a contar con una curva más acusada aún, y ello a la entrada del pueblo. Una circunstancia que recibe algunas críticas vecinales y de conductores al comprobar cómo queda la obra ahora en ciernes. "Se podría haber trazado en línea recta", señalan algunas de estas voces críticas, apuntando a que nuevamente se ha permitido una pronunciada curva en el trazado de la carretera a la entrada del pueblo. Claro está, para que ello no ocurriera habría que retirar tanto la báscula como la caseta, por supuesto el poste de hormigón del alumbrado público y, quizás también, la torreta con el transformador de energía eléctrica.

Por lo pronto, las obras de construcción del viaducto se hallan a expensas de la instalación de las vigas de hormigón sobre estribos y pilastras para practicar el tablero del puente y la plataforma viaria.

La Diputación financia las obras de construcción del puente que ejecuta la sociedad Viales y Obras Públicas por importe de 538.288 euros desde septiembre del 2017. Está previsto que en esta primavera se concluya la ejecución del proyecto y salga a licitación la mejora de la carretera hasta Molezuelas.