El presupuesto municipal de 2017 se ha liquidado con un remanente de tesorería para gastos generales de 5,2 millones de euros (el más alto en muchos años) y con una reducción del nivel de endeudamiento de casi ocho puntos porcentuales, lo que deja en el 55,5% el impacto de la deuda viva (préstamos bancarios) sobre los ingresos corrientes del ejercicio, el segundo más bajo desde 2010.

El equipo de Gobierno ejecutó el 77,6% de los gastos y de los ingresos de su proyecto presupuestario de 2017, y acompasó la ejecución de ambos, difiriendo la realización de obras e inversiones con financiación por algo más de 2,36 millones de euros que, previsiblemente se ejecutarán a lo largo de este 2018.

Con esta liquidación, que proyecta un superávit de 315.000 euros que se traduce en capacidad de financiación y podrá destinarse si se consuma a inversiones financieras sostenibles, el equipo de Gobierno podrá ejecutar más de dos millones de euros en actuaciones programadas, sin contar las inversiones previstas en el presupuesto actual, e incluyendo además nuevas intervenciones con cargo al citado superávit.

Dentro de los 5,2 millones del remanente de tesorería resultante de la liquidación del presupuesto de 2017 se incluyen 1,64 millones de euros de remanente de créditos de 2016 que deberán ser incorporados ahora de forma reglada para su ejecución. Esto deja las arcas municipales con un colchón de liquidez de 3,5 millones de euros, "una buena situación económica" que podría hacer valorar al equipo de Gobierno la posibilidad de no concertar un nuevo crédito en 2018, o en su defecto minorar su cantidad, reduciendo más aún a futuro el nivel de endeudamiento municipal.

De hecho, el Ayuntamiento no ha dispuesto aún del crédito de algo más de un millón de euros de 2017 (al que están asociadas muchas inversiones). Este crédito se concertó con un año de carencia, pero al no haberse dispuesto no ha generado gastos financieros. De haberse dispuesto, el remanente de tesorería se hubiera acrecentado en un millón de euros pero más, pero se hubiera generado el pago de intereses "sin necesidad", según informaron fuentes municipales.

Desde el punto de vista financiero, según se deduce de los informes del interventor municipal que acompañan la liquidación, el Ayuntamiento podría incluso valorar la posibilidad de destinar parte de ese colchón de liquidez de 3,5 millones a amortizar deuda.

La liquidación del presupuesto de 2017 confirma el pago inmediato a proveedores, que está al día, un indicador principal del estado aseado de las cuentas locales, y encara también una de sus asignaturas pendientes: la mejora del cobro de deudas. En esta liquidación el interventor ha dado de baja 1,5 millones de euros de derechos de dudoso cobro de ejercicios cerrados -además de otros ajustes- que se contabilizaron al margen de padrones y listas cobratorias, extremo que el técnico destaca en su informe como "algo fuera de lo ordinario que merece la pena poner de manifiesto".