El Toro Enmaromado de 2018, aún por conocerse, será el primero que salte a las calles de Benavente con la carrera regulada. No hay precedentes de regulaciones escritas desde que el festejo está documentado. Si no se producen imprevistos, la ordenanza municipal que regulará la carrera del Enmaromado será aprobada por el Pleno el 7 de marzo. Habrá un periodo de exposición pública de 30 días hábiles y si hay alegaciones tendrán que contestarse. Si no hay alegaciones, la normativa entraría en vigor tras su publicación oficial.

La publicación oficiosa tendrá lugar hoy. El texto definitivo, que fue presentado ayer por el equipo de Gobierno, las asociaciones taurinas, la Coordinadora de Peñas y los veterinarios, será difundido a través de la página web municipal. Consta finalmente de 24 artículos y dos disposiciones finales, y no incluye aspectos regulados en otros protocolos, como es el acaso de los servicios médicos y el dispositivo de emergencias que cada año se organiza de forma obligatoria.

El documento cuenta con el consenso y con las "bendiciones" del mundo taurino local, y para escenificar la unanimidad, la ordenanza fue presentada ayer por la tarde en la sala de plenos con representantes de todos los colectivos implicados.

La ordenanza "nace de la unidad y del consenso entre todos nosotros. Todos pensábamos que era necesario para blindar nuestra carrera y proteger nuestro festejo al máximo y que persista a lo largo del tiempo", anticipó la concejal de Fiestas Patricia Martín. "Es una ordenanza ambiciosa porque es la primera vez que se regula", explicó.

El aumento de la presión de los grupos animalistas y antitaurinos ha inducido en parte al equipo de Gobierno a normativizar la carrera. "En tiempos de dificultad para los festejos taurinos, es la única manera de proteger la carrera", argumentó el alcalde. "Esta decisión era difícil, la hemos tomado todos desde la responsabilidad y desde la colaboración. Es un hecho sin precedentes del que todos debemos sentirnos orgullosos" porque se trata del "patrimonio de todos los benaventanos, de su acervo cultural", agregó.

Luciano Huerga incidió en que el principal objetivo de esta normativa "es proteger la esencia del acto, que se caracteriza por el anonimato de los participantes, y la conveniencia de que se desarrolle con rapidez y sin incidencias, y con respeto al toro".

Las infracciones tipificadas podrán ser sancionadas con hasta 3.000 euros en el caso de las más graves. Si la ordenanza se conculca y el delegado gubertanivo lo hace constar en acta, la competencia sancionadora será de la Alcaldía.

"El régimen sacionador castigará cualquier conducta que lo perturbe", advirtió Huerga, que se refirió al texto como una suerte de legado que "forma parte de los corredores, y que llevan interiorizado en el ADN". Ahora "más de cuatro siglos" después hay una regulación por escrito" y " lo que trataremos es que perdure (el festejo) para las generaciones venideras".

La presentación avanzó entre agradecimientos pero también dio voz a los integrantes del acuerdo. Roberto Benítez, representante de los veterinarios que han participado durante décadas en el desarrollo del festejo, saludó la llegada de la ordenanza. "Es una asignatura pendiente desde el año 1999 cuando se aprobó el Reglamento de Espectáculos Taurinos de Castilla y León", dijo. La norma regional dejaba abierta la posibilidad de desarrollar una ordenanza específica y amoldar a cada festejo. "Ya era hora", proclamó en relación con Benavente. "La nota que la pongan los demás, pero el cinco ya lo tiene", agregó antes de recordar que puede contener "fallos o lagunas" que, en cualquier caso, se podrán subsanar. "No pasa nada porque es viable que pueda cambiarse".