Un vecino de Benavente de 35 años de edad ingresó ayer en el Virgen de la Concha (primeramente en urgencias y seguidamente en la Unidad de Psiquiatría) tras lanzar amenazas de muerte genéricas a través de whatsapp, autolesionarse e intentar quitar el arma reglamentaria a un oficial de la Policía Local en las dependencias municipales.

El suceso se produjo antes de la una del mediodía cuando el vecino se personó en el cuartel de la Policía Local con cortes en los antebrazos presuntamente autoproducidos con un hacha, aunque luego se comprobó que había sido con un machete. La Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Benavente realizaba un seguimiento del varón conocedora de que padecía un trastorno límite de personalidad por el que se estaba medicando y debido a su presencia reiterada y amenazante en el Centro Cívico y Social. De ello había advertido a la Policía Local.

El hombre confesó a un oficial, mientras le mostraba las heridas, que había intentado suicidarse pero no había tenido valor de consumar su propósito. Mientras hablaban, se abalanzó sobre él y le intentó sacar el arma de la funda, cerrada con un mecanismo de seguridad. No pudo, pero el oficial se vio obligado a pedir auxilio mientras se defendía con la porra reglamentaria. Le socorrieron el jefe de Policía, una de los dos agentes que en ese momento comían el bocadillo, y dos policías nacionales del Servicio de tramitación del Documento Nacional de Identidad. Todos se encontraban en diferentes dependencias. Con 1,90 de altura y gran corpulencia, tuvieron que hacer esfuerzos para reducirlo y esposarlo.

El hombre no se tranquilizó sin embargo. Pese a estar neutralizado con las manos detrás de la espalda, logró sacarlas por delante de los pies y las piernas y comenzó de nuevo a autolesionarse golpeándose en la cabeza y causándose más heridas. Finalmente, tras pasar un tiempo en el calabozo, fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil. Allí se habrían producido otros intentos de autolesión, según informaron algunas fuentes. Lo recogió finalmente el 112, y fue trasladado a Zamora.

Horas antes había enviado mensajes a una sanitaria con amenazas genéricas de muerte. "Voy a matar a alguien", escribió. La Concejalía de Bienestar Social, conociendo los antecedentes de amedrantamiento por la presencia del vecino en el Centro Cívico donde tiene un despacho una trabajadora social municipal, había advertido el día antes a los oficiales de la Policía Local de la necesidad de vigilancia y de estar alerta ante la posibilidad de detenerlo para trasladarlo a Zamora.

Hacía tiempo que el hombre había dado indicios de descontrol. En el Centro Cívico y Social había arrojado al suelo todos los papeles de la mesa de la trabajadora social, y con frecuencia se personaba en las dependencias, dónde se quedaba mirando fijamente el tablón de anuncios. Estos hechos provocaron inquietud a los empleados del edificio.

El miércoles, temiendo un mal desenlace, el concejal intentó sin éxito ponerse en contacto con el responsable de la Unidad de Psiquiatría en Zamora para asesorarse y pedirle consejo. No tuvo éxito pero ayer por la mañana se produjo el contacto y pudo exponer el caso. Del mismo modo puso lo hechos en conocimiento de la Fiscalía de Zamora y de la juez de guardia en Benavente, en este caso en dos ocasiones. Tras conocer los mensajes a una sanitaria anunciando que tenía avisaba de querer matar a alguien el concejal pidió a la Policía su localización. pero el hombre ya se había presentado en el cuartel de la Policía Local, dónde había sido neutralizado.