A los robos perpetrados en la madrugada del jueves en bares de Cunquilla y Micereces, como informó ayer este diario, se vienen a sumar los producidos en la madrugada de ayer en los bares de Moratones y de Brime de Urz, así como en el santuario del Campo en Rosinos de Vidriales.

La situación de inseguridad e impotencia se viene adueñando en la zona, sobre todo en este último año en que los robos se suceden y de forma reiterada en varios establecimientos hosteleros e incluso en el templo mariano. Algunos vecinos ven con preocupación esa falta de seguridad.

Coincidiendo con la campaña de adhesión de hosteleros de los Valles, emprendida en estos días con el fin de reclamar una mayor atención por parte de la Subdelegación del Gobierno, se estima la conveniencia de un encuentro con el subdelegado, Jerónimo García Bermejo, y una comisión con representantes del gremio hostelero y munícipes.

En la madrugada de ayer, personal desconocido forzó nuevamente la puerta de acceso al santuario de Rosinos revolviendo cajones haciendo caso omiso del cartel instalado a la puerta con el lema: "Señores ladrones, ya no queda nada que robar. Dejadnos unos meses para reponernos".