Sestao, Lasarte, León, Málaga, Zaldívar, Alcoy, Orense, Navalcarnero. Son algunos ejemplos de localidades cuyos ayuntamientos o están estudiando o han decidido ya sustituir las islas de contenedores soterrados por sistemas de recogida de basura con contenedores convencionales.

Aunque los contenedores soterrados tienen la ventaja de ocasionar un mínimo impacto medioambiental, parecen ser la causa de otros quebraderos de cabeza para los ayuntamientos como son los costes de mantenimiento y reparación, cuando no de circulación vial o de acumulación de basura y focos de infección soterrados. Así lo describen numerosas informaciones publicadas a lo ancho y largo de la geografía nacional, al igual que la disposición de los ayuntamientos a cambiar el sistema.

En Benavente hay cuatro de estos contenedores, los más pequeños, fuera de servicio. Están sellados porque se llenaban de agua, según explica la Concejalía.

El Ayuntamiento estudió la posibilidad y la conveniencia de ampliar este sistema y finalmente ha desistido por su alto coste de instalación y de mantenimiento, además de los problemas detectados por otros consistorios, y sin contar otros contratiempos colaterales menores. Esta semana fue necesario sacar un contenedor soterrado porque un vecino cayó sus llaves dentro. Es la segunda vez que ocurre en un año.