Los vecinos de Vecilla de la Polvorosa aprovecharon la fiesta de su patrón, San Andrés, para convertir la celebración en una manifestación de hermandad, a la que se unieron muchos nacidos en la localidad, llegados a la localidad para disfrutar de las fiestas.

El calendario litúrgico señala el día 30 como fiesta de San Andrés, pero la vecindad quiso que se aprovechara el día de ayer, sábado 2 de diciembre, para participar todos juntos de los festejos. Y Vecilla de la Polvorosa se hizo grande. Y San Andrés se sentía agradecido porque un colectivo vecinal, la asociación cultural de Vecilla se encargase de abrir un abanico de actividades ceñidas a una jornada, porque para eso se deja la fiesta de la Sacramental, en pleno verano. Un programa cuyo denominador común consistía en la participación de todo el pueblo.

Tras la celebración de la misa se ofreció este sábado un vermouth que daba paso a la comida popular en un local privado, frente al parque. La sobremesa daba juego para un concurso de bingo, mientras un grupo de vecinos se encargaba de encender la fogata para el asado de las castañas. Ya las frías temperaturas del atardecer agradecían acercarse a las brasas mientras se degustaba el fruto de temporada.

El atardecer sirvió para la puesta en escena de la obra "cuadros de amor y desamor" a cargo del grupo Natus Teatro. De la representación teatral se dio paso a una nueva degustación culinaria y es que las sopas de ajo estaban ya esperando para continuar con la jornada festiva. La noche se hacía larga porque el artista Luis Pencho ofrecía un concierto con el sello personal de su repertorio versionando temas musicales de rock español en acústico.

Vecilla de la Polvorosa se hizo, una vez más, grande. Al igual que ahora hace dos años cuando a las puertas de la iglesia se concentró el vecindario para dejar huella en la historia de su reivindicación como entidad local menor. Una pretensión que se veía lograda unos meses más tarde, un 13 de abril de 2016. Y ello, porque las reivindicaciones habían sido constantes durante años y, más aún, porque la unidad de todo un pueblo así lo quería, al igual también como se resisten a que su fiesta más emotiva, la de su patrón San Andrés, quede en el olvido.