"Unos domingos somos 30 y otros 40 o bastantes más". Así se refiere uno de los participantes en el juego de la calva organizado en Ayoó de Vidriales durante las tardes de esas jornadas.

Desde las localidades de la zona llegan hasta Ayoó lo aficionados a este juego autóctono, incluso desde la localidad leonesa de Nogarejas. Porque este juego y deporte "engancha a quien lo practica" y eso es el denominador común de estos aficionados.

Coincidiendo, hace tres años, con la construcción de las instalaciones, de las pistas, promovidas por la asociación cultural "Perafondo", la asiduidad en el calendario es tal que incluso algunos domingos en los que la climatología no resulta benigna sirven para el encuentro de aficionados en el local social de las propias instalaciones de ocio. Algunos de ellos no faltan a la cita, aunque es desde la primavera y coincidiendo con el buen tiempo cuando la participación se hace más numerosa. La construcción de las pistas sirvió para encauzar una actividad que se venía realizando, desde hacía años, en una calle de la localidad

No hace falta que los jugadores lleven hasta el campo de juego los morrillos porque para eso disponen de un mobiliario al uso donde cada uno de ellos tiene ya su nombre donde dejar el instrumento de juego, como si de una taquilla se tratase. A cada jugador le gusta competir con el suyo. "Porque está hecho y ya adaptado a la mano", aducen. Y alineadas en el suelo se halla una buena relación de calvas. Y de todo ello un vecino de Ayoó se encarga de velar para que todo se encuentre en orden.

Por las pistas de la calva en Ayoó ha pasado ya algún que otro vidrialés con palmarés nacionales, aunque los asiduos participantes son los que crean afición entre jóvenes y niños. La habilidad y el entrenamiento procuran que el juego y deporte no tenga edad ni sexo. No obstante, prima sobremanera la participación masculina. Eso sí, las féminas parecen inclinarse más por el juego de la petanca.

Lo que sí es evidente es que el juego de la calva no sólo hace convivencia, sino que fomenta el compañerismo y la amistad y de esto saben bien los aficionados en Ayoó. La sana rivalidad, el juego que se hace competición, sirve para compartir unas cervezas o refrescos a las puertas del local de las instalaciones, junto a las pistas que recientemente construyó también la asociación cultural Perafondo.

Este colectivo tiene previsto practicar una acera en el perímetro del edificio, a la par de instalar en el acceso una gran losa pétrea que se halla ya a la espera de ser colocada para servir de mesa en este semanal encuentro de aficionados a la calva en Ayoó de Vidriales.