Estas medidas no se centran solo en la mejora de calidad de vida en los hogares, sino que también están destinadas a la corresponsabilidad social. Se estima de manera positiva la respuesta favorable de las familias. Por ello, se plantearon unos cursos gratuitos para que los beneficiarios por la ayuda puedan salir de su situación. A través de talleres de formación sobre costura, cocina o construcción, se prevé que para 2018 existan una serie de voluntariados distribuidos por todo el municipio, en los que participen los beneficiarios.

Entre las posibilidades educativas también se contemplan las específicas para cada grupo, de acuerdo a necesidades concretas y no aplicables a otros sectores. Por ejemplo, la población nativa de etnia gitana contará con talleres de gestión de venta ambulante y la extranjera con cursos de lengua española.

El objetivo es ayudar a los más necesitados a encontrar un posible hueco en el mercado que les facilite su salida al mundo laboral. Con ese logro no solo se favorecería a los implicados, sino que se crearía una mayor actividad y aumentarían los puestos de trabajo en la ciudad.