Un sacerdote "piadoso y entregado". Así definió ayer monseñor Juan Antonio Menéndez en su homilía de exequias fúnebres al presbítero Amador Pérez Miguélez, que fuera durante más de cuatro décadas párroco de Calzada de Tera, de Olleros, Vega de Tera y San Juanico y anteriormente lo había sido, al inicio de su actividad pastoral, de Morales de Valverde.

El obispo de Astorga que presidió al mediodía de ayer en la iglesia de Calzada los funerales del sacerdote Amador Pérez Miguélez no quiso pasar por alto su reconocimiento a quien durante estos últimos años venía cuidando al ahora fallecido. Una dedicatoria especial para quien "ha sido un ejemplo", para Isabel, sobrina del finado. El prelado había visitado en varias ocasiones la casa del sacerdote en Calzada, preocupándose por su delicado estado de salud.

El ataúd con los restos del sacerdote recibía la vestimenta sagrada y el Libro de los Evangelios como prescribe la liturgia en el caso del funeral de un presbítero. La iglesia del patrón San Jorge se llenó de público procedente no sólo de Calzada de Tera, sino de localidades cercanas como de las parroquias en las que el finado ejerció su ministerio. Una treintena de sacerdotes y un diácono acompañaron al prelado en la ceremonia de exequias fúnebres.

Los restos del sacerdote fueron trasladados hasta su localidad natal en Santa Croya de Tera donde mañana sábado se celebra, a las 12,00 horas, una misa de funeral. El fallecido había nacido en Santa Croya en 1930 y tras estudiar Estudios Eclesiásticos en el Seminario de Astorga fue ordenado sacerdote por el obispo José Castelltort Soubeyre, hace ya sesenta años.